El Premio Nobel de Química 2025 fue otorgado a Susumu Kitagawa, Richard Robson y Omar Yaghi por sus importantes contribuciones en el desarrollo de estructuras metalorgánicas. Estas innovaciones permiten almacenar gases y líquidos en espacios reducidos. La ceremonia de entrega del reconocimiento se llevó a cabo el 8 de octubre de 2025 en Estocolmo, Suecia.
Los galardonados fueron reconocidos por el Comité Nobel por diseñar materiales con cavidades internas que actúan como “habitaciones de hotel” para moléculas. Esto permite controlar la entrada y salida de estas moléculas. Estas estructuras, conocidas como MOFs (por sus siglas en inglés), abren nuevas oportunidades en áreas como la captura de dióxido de carbono, la obtención de agua en regiones áridas y el almacenamiento de gases tóxicos.
Similitudes con Harry Potter
Durante el anuncio oficial, el presidente del Comité Nobel de Química, Heiner Linke, comparó estas innovaciones con el bolso de Hermione Granger, un personaje de la saga Harry Potter. “Puede almacenar enormes cantidades de gas en un volumen diminuto”, afirmó. Esta comparación resalta el potencial de estos materiales en la lucha contra el cambio climático y otros desafíos globales.
Historia de la investigación
La investigación que llevó a estos avances se remonta a 1974, cuando Richard Robson comenzó a explorar la posibilidad de construir materiales con nuevas formas moleculares. Sus primeros resultados fueron publicados en la década de 1980, cuando logró crear estructuras regulares con grandes cavidades utilizando átomos de cobre.
Kitagawa retomó estas ideas en la década de 1990 y demostró que esas estructuras podían absorber y liberar gases como metano, nitrógeno y oxígeno. Aunque al principio no generaron interés en la comunidad científica, en 1997 logró un avance significativo que impulsó su carrera.
Desarrollo de MOF-5
Omar Yaghi combinó los trabajos previos de Robson y Kitagawa para desarrollar MOF-5, una estructura que tiene estabilidad térmica y capacidad de absorción. Según el Comité Nobel, incluso vacía, esta estructura puede soportar temperaturas de hasta 300 grados Celsius y puede cubrir un área similar a la de un campo de fútbol con solo unos pocos gramos.
Aplicaciones prácticas
Uno de los logros más destacados del equipo fue la capacidad de capturar vapor de agua del aire en el desierto y convertirlo en agua potable utilizando MOFs. Esto demuestra la aplicabilidad práctica de estas tecnologías en entornos extremos.
Además, el trabajo del equipo ofrece soluciones potenciales para eliminar contaminantes del agua y reducir la presencia de residuos farmacéuticos en el medio ambiente. El premio incluye una dotación económica de 11 millones de coronas suecas, que equivale a 1 millón de dólares.