La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) ha ejecutado apenas el 37,5% de su presupuesto anual hasta agosto de 2025, a pesar de contar con más de Bs 4.531 millones asignados. Las cifras oficiales indican que la estatal ha priorizado las importaciones, mientras que sus plantas permanecen inactivas y sus programas productivos están estancados. La detención de su exgerente Franklin Flores por presunta corrupción ha intensificado las dudas sobre el manejo de los recursos públicos.
Emapa, creada en 2007 con el objetivo de fortalecer la producción nacional y regular los precios internos, se encuentra en uno de sus momentos más críticos. A ocho meses del año, la estatal solo ha ejecutado Bs 1.698,8 millones de los Bs 4.531,7 millones asignados para 2025, lo que representa un 37,5% del total. Esta cifra es notablemente baja, especialmente si se compara con el presupuesto de la Gobernación de Santa Cruz, que es de Bs 2.164 millones, y con la inversión pública de todo el departamento de La Paz, que asciende a Bs 3.902 millones.
La baja ejecución del presupuesto es preocupante no solo por la magnitud del subejercicio, sino también por el destino de los recursos utilizados. La mayor parte del gasto se ha concentrado en la importación y comercialización de alimentos como harina y azúcar. Estas partidas, que inicialmente no existían, fueron ampliadas en Bs 451,3 millones y Bs 13,8 millones respectivamente, con una ejecución que supera el 93% en ambos casos.
Programas productivos estancados
En contraste, los programas destinados al fortalecimiento productivo muestran cifras alarmantemente bajas. El apoyo a la soya apenas ha ejecutado el 0,55% de su presupuesto; el destinado a la carne, un 0,15%; el de la papa en Chuquisaca, 0,44%; y el programa de quinua, solo un 0,79%. El paquete de apoyo directo a cultivos estratégicos como arroz, maíz y trigo, que cuenta con más de Bs 56 millones asignados, no alcanza una ejecución del 7%.
Las inversiones en infraestructura agroindustrial tampoco avanzan. Las plantas de papa en Incahuasi (Chuquisaca), hortalizas en Santa Cruz, granos en Pailón, así como los proyectos piscícolas en el Lago Titicaca y la Amazonía, no han ejecutado un solo boliviano, a pesar de tener recursos asignados por más de Bs 40 millones.
Desigualdad en el gasto
Mientras los proyectos productivos están prácticamente detenidos, las partidas administrativas y financieras avanzan a un ritmo diferente. El presupuesto de Comunicación se ha incrementado de Bs 2,6 millones a Bs 13,1 millones, aunque su ejecución sigue siendo baja (10%). La administración central y la gerencia financiera ya suman más de Bs 200 millones en gastos, y el servicio de la deuda ha crecido un 45%, alcanzando los Bs 107 millones con una ejecución del 53,5%.
Este desequilibrio en la distribución del gasto ha generado críticas tanto en sectores especializados como entre los propios beneficiarios. Paulino Sánchez, agricultor de Cuatro Cañadas, ha denunciado que los pequeños productores han sido excluidos por una red de intermediarios que manipula los cupos y simula entregas. Según su testimonio, esta práctica se mantuvo durante la gestión de Franklin Flores, exgerente de Emapa, quien actualmente se encuentra detenido por supuestos actos de corrupción.
Irregularidades en la entrega
Sánchez ha afirmado que algunos beneficiarios de los cupos de entrega de grano ni siquiera siembran, y ha mencionado irregularidades en la operación de los silos de la zona. “Había camiones que no descargaban, solo cambiaban placas en el sistema informático. Era puro tráfico virtual, sin movimiento real de grano”, aseguró.
Por su parte, Jorge Méndez, presidente de la Asociación Departamental de Porcicultores (Adepor), ha atribuido los problemas a un modelo estructural fallido. Según Méndez, Bolivia necesita al menos 1.200.000 toneladas de maíz anualmente, pero Emapa, incluso en sus mejores años, solo adquiría 250.000, a veces importado o incluso de contrabando. “El sistema que creó Emapa no funcionó. Cuando una empresa estatal compra caro y vende barato, termina quebrada y con el mercado desordenado”, expresó.
Defensa del Gobierno
A pesar de las crecientes críticas, el Gobierno ha defendido el rol de las empresas públicas. Desde el Viceministerio de Transparencia se informó que la investigación contra Franklin Flores se inició tras detectar inconsistencias entre sus ingresos y su patrimonio declarado. El presidente Luis Arce también ha respaldado el modelo estatal, afirmando en un acto público que la llamada “gastadera” en empresas estatales representa la inversión que el pueblo necesita.
Sin embargo, la ejecución presupuestaria de Emapa en 2025 dibuja un panorama de ineficiencia y desvío de prioridades. Con plantas detenidas, escaso apoyo a los productores y denuncias por corrupción, la estatal parece haber perdido el rumbo de su misión original: apoyar al agro boliviano y garantizar la seguridad alimentaria del país.