En medio de una contienda electoral caracterizada por el desencanto hacia la política tradicional, Edmand Lara Montaño, un exoficial de Policía, se presenta como una figura inusual en la carrera por la vicepresidencia. Su estilo disruptivo ha atraído tanto apoyo popular como críticas por su tono agresivo y la falta de cohesión con su compañero de fórmula presidencial.
La candidatura de Edmand Lara Montaño como vicepresidente por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), junto a Rodrigo Paz Pereira, ha surgido como uno de los fenómenos más singulares del actual proceso electoral. A pocos días del balotaje del 19 de octubre, su figura genera tanto adhesión como rechazo, y se convierte en el centro del debate público sobre los nuevos perfiles políticos.
Lara, de 39 años, es originario de Villa Rivero, Cochabamba, aunque actualmente reside en Santa Cruz de la Sierra. Se hizo conocido tras denunciar presuntos actos de corrupción dentro de la institución policial, lo que resultó en su baja definitiva en 2023. Desde entonces, ha construido una narrativa de resistencia personal que resuena con sectores sociales marginados y desilusionados con las élites políticas tradicionales.
Fortalezas y debilidades
“Su mayor fortaleza es ser visto como un outsider, como alguien que proviene de fuera del sistema político, lo que genera apoyo entre quienes rechazan los partidos convencionales”, explica la analista María Teresa Zegada. Además, su identificación con las clases populares se refuerza con relatos sobre su difícil situación económica tras dejar la Policía, cuando sobrevivió vendiendo ropa usada junto a su esposa.
Sin embargo, Zegada también señala que este perfil presenta debilidades. “El problema es que su discurso es altamente agresivo y denigrante hacia el adversario. No hay un lenguaje democrático que busque el encuentro con el otro. Se reproduce así la lógica de la polarización que tanto daño ha hecho en las últimas dos décadas”, advierte.
Disonancia programática
El analista también critica la disonancia programática entre Lara y su compañero de fórmula. “Parece que a veces están en campañas diferentes. Lara actúa como si fuera el principal candidato, desdibujando la propuesta conjunta”, señala.
Desde su nombramiento como candidato a la vicepresidencia, Lara ha estado envuelto en episodios polémicos. En Montero, comparó al país con un enfermo terminal, refiriéndose a la corrupción como un “cáncer”. Después de recibir una ola de críticas, se disculpó por el tono de su mensaje. También fue objeto de críticas por sus declaraciones sobre la autonomía universitaria y por no haber firmado el Acuerdo por la Democracia promovido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Estilo y controversias
Su estilo directo, que favorece la confrontación, fue nuevamente cuestionado cuando la defensa de un policía que lo denunció por agresión solicitó una evaluación psicológica. Mientras tanto, sectores críticos lo acusan de proponer medidas populistas difíciles de sostener, como bonos y rentas sin respaldo fiscal.
Otra controversia reciente fue su decisión de no participar en el debate vicepresidencial oficial convocado por el TSE, argumentando falta de imparcialidad. En su lugar, confirmó su asistencia a un evento alternativo organizado por la cadena RTP, que será conducido por la activista María Galindo.
Vida personal de Edmand Lara
En el ámbito personal, Lara forma una familia con Diana Romero, su esposa, quien también fue electa diputada por el PDC en Santa Cruz. Juntos tienen 4 hijos y él es abogado titulado por la Universidad Unión Bolivariana de La Paz.