El mediocampista boliviano Boris Céspedes ha recibido una de las sanciones más severas de su carrera tras confirmarse que dio positivo en un control antidopaje. La Comisión Disciplinaria de la FIFA ha decidido suspenderlo por 2 años de toda actividad relacionada con el fútbol profesional, lo que significa que estará alejado de las canchas hasta el 14 de mayo de 2027.
Esta sanción se origina de un control realizado después del partido entre Bolivia y Uruguay, que se llevó a cabo el 25 de marzo de 2025 en la ciudad de El Alto, como parte de las eliminatorias mundialistas.
Resultados del control antidopaje
El laboratorio acreditado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), ubicado en Colonia, Alemania, detectó en la muestra de Céspedes la presencia de acetazolamida. Esta sustancia está prohibida y se encuentra en la categoría S5 del listado oficial, que corresponde a diuréticos y agentes enmascarantes.
De acuerdo con la resolución 23720, el futbolista violó el artículo 23.1 del Código Disciplinario de la FIFA y el artículo 6 de las Regulaciones Antidopaje. El documento establece que el jugador no podrá participar “en ninguna competición o actividad organizada por la FIFA, federaciones afiliadas, clubes u otras entidades a nivel nacional o internacional” durante 2 años, que es el tiempo de la sanción. Además, no podrá entrenar con ningún equipo hasta 2 meses antes de que finalice la suspensión.

Detalles de la sanción
El castigo incluye el período que Céspedes cumplió bajo suspensión provisional voluntaria desde el 14 de mayo de 2025, fecha que se considera como el inicio oficial de la sanción. Por lo tanto, el jugador, que militaba en el Yverdon-Sport FC de Suiza, podrá regresar a la actividad en mayo de 2027.
Durante el proceso disciplinario, Céspedes afirmó a medios suizos que el resultado positivo se debió al consumo de un medicamento recetado para contrarrestar los efectos de la altura en La Paz. Sin embargo, la Comisión Disciplinaria concluyó que no presentó evidencia que respaldara su versión.
Declaraciones de la FIFA
La decisión de la FIFA señala: “La afirmación del jugador de que el equipo de la FBF le proporcionó medicación que contenía la sustancia prohibida carece totalmente de fundamento. El jugador ni siquiera proporcionó el nombre de la medicación ni la dosis de la que consumió”. Además, la FIFA descartó cualquier responsabilidad del cuerpo técnico y médico de la selección nacional.
Opciones de apelación
Boris Céspedes tiene la opción de apelar el fallo ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en un plazo de 21 días desde la notificación, que fue enviada el 17 de septiembre. Sin embargo, el fallo inicial fue contundente al señalar la violación al reglamento antidopaje.
El documento indica que “dentro de otros 10 días siguientes al vencimiento del plazo para presentar la declaración de apelación, el apelante deberá presentar un escrito exponiendo los hechos y argumentos legales que dan lugar a la apelación ante el TAS”.

Impacto en la carrera de Céspedes
La sanción representa un golpe significativo para la carrera del jugador, quien quedará fuera de las eliminatorias rumbo al Mundial de 2026 y de cualquier torneo internacional con la selección nacional. Además, el largo período de inactividad podría afectar su estado físico, su continuidad profesional y sus opciones de firmar contratos en el futuro.
Acetazolamida y su uso
La acetazolamida es un medicamento que se utiliza principalmente para tratar afecciones como el glaucoma, la epilepsia, la insuficiencia cardíaca y el mal de altura. Actúa como un diurético, lo que significa que ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de líquidos a través de la orina.
En contextos deportivos, algunos atletas emplean este medicamento para contrarrestar los efectos de la altitud, especialmente en ciudades elevadas como La Paz o El Alto, donde la presión atmosférica puede afectar el rendimiento físico.
Sin embargo, la acetazolamida está incluida en la Lista de Sustancias Prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) bajo la categoría de diuréticos y agentes enmascarantes. Esto se debe a que, aunque no mejora directamente el rendimiento deportivo, puede ocultar el uso de otras sustancias dopantes.
Al acelerar la eliminación de líquidos, también puede diluir o eliminar rastros de esteroides, hormonas u otros compuestos prohibidos, dificultando su detección en los controles antidopaje. Por esta razón, cualquier deportista que necesite medicamentos con componentes prohibidos debe solicitar previamente una Autorización de Uso Terapéutico (AUT), algo que Céspedes no hizo.
Este caso ha generado una gran repercusión en el ámbito futbolístico boliviano, no solo por la gravedad de la sanción, sino también por las implicaciones que tendrá en la selección nacional, que pierde a uno de sus mediocampistas con mayor proyección.
