El Estado Plurinacional de Bolivia condenó “enérgicamente” este miércoles la intervención militar de Israel contra la Flotilla Sumud, un convoy de ayuda humanitaria que se dirigía a la Franja de Gaza, exigiendo el cese inmediato de las hostilidades contra el pueblo palestino.
El Presidente Luis Arce se pronunció tras la interceptación, en aguas internacionales del Mediterráneo oriental, de varias de las 45 embarcaciones que conformaban la flotilla.
En una publicación en su cuenta de X, el mandatario boliviano calificó la acción como un “acto de violencia inaceptable” ejecutado bajo la responsabilidad del primer ministro Benjamín Netanyahu, lo que a su juicio “constituye una flagrante violación del Derecho Internacional y un atropello a la dignidad humana”.

Arce no dudó en denunciar “ante el mundo la política de terrorismo de Estado que Netanyahu impulsa contra un pueblo que sufre el asedio, el hambre, la ocupación y el exterminio”.
La Flotilla Sumud, integrada por civiles de distintas nacionalidades, fue asaltada mientras se dirigía a Gaza con alimentos y medicinas. La Comisión Colombia en el Movimiento Global a Palestina, por su parte, denunció a través de Telesur la interceptación del barco HIO en aguas internacionales.
Testimonios en vivo, como el transmitido por Telesur con Néstor Prieto, un integrante de la expedición, se cortaron abruptamente tras confirmarse la detención y el asalto a la nave “Alba”.

Bolivia argumentó que ninguna excusa puede justificar el ataque contra personas desarmadas cuya única misión era llevar ayuda esencial. Arce cuestionó la “absoluta indiferencia e impunidad del régimen israelí hacia la vida de inocentes y la legalidad internacional”.
Por ello, el jefe de Estado hizo un llamado urgente a la comunidad internacional, a los organismos multilaterales y a los “pueblos libres del mundo” a levantar una voz firme de condena y movilización contra “esta nueva barbarie”.
Bolivia ratificó su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos y la autodeterminación de los pueblos, concluyendo con una firme advertencia: “El silencio es complicidad: hoy más que nunca la humanidad debe estar del lado de la justicia y la vida”.