El 24 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer. Esta fecha tiene como objetivo visibilizar los esfuerzos científicos que se realizan para mejorar la calidad de vida de los pacientes y para encontrar nuevas terapias. En esta jornada, asociaciones de pacientes, hospitales, universidades y centros de investigación se unen para resaltar la importancia de la financiación y el avance en tratamientos oncológicos.
La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) estima que para el año 2030, el cáncer será la principal causa de muerte en el mundo. Se prevé un crecimiento anual que podría alcanzar 21.6 millones de nuevos casos. A pesar de que los tratamientos han mejorado, la clave para cambiar esta tendencia sigue estando en la investigación.
La investigación salva vidas
Los especialistas afirman que “la investigación salva vidas”. Cada descubrimiento realizado en un laboratorio abre la puerta a nuevos tratamientos o a diagnósticos más tempranos. Los avances en el cáncer de mama son el resultado de décadas de estudios que han permitido que lo que antes era casi siempre mortal ahora se pueda cronificar. Sin embargo, no todos los pacientes tienen el mismo acceso a estos tratamientos, ni todos los países cuentan con los mismos recursos.
El rostro humano del cáncer
El 24 de septiembre también tiene un rostro humano. Detrás de cada estadística hay personas: familias que buscan apoyo y pacientes que esperan nuevas terapias. Las voces de quienes han enfrentado la enfermedad coinciden en que lo que da esperanza no son solo los tratamientos actuales, sino “la seguridad de que la investigación contra esta enfermedad continúa”.
Inversión en investigación
El Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer es un recordatorio de que cada euro invertido se traduce en posibilidades de vida. Desde hace años, esta jornada busca recordar algo fundamental: sin ciencia, no hay futuro frente a la enfermedad. La falta de recursos es un obstáculo real; investigadores españoles han denunciado que la inversión en I+D sigue por debajo de la media europea.
La complejidad del cáncer
En la actualidad, se conocen 200 tipos de tumores, cada uno relacionado con células y tejidos específicos. Sin embargo, los estudios muestran que cada paciente puede presentar hasta 700 mutaciones genéticas distintas. Esto convierte al cáncer en una enfermedad compleja y difícil de erradicar. Además, investigaciones recientes han revelado que perros entrenados pueden detectar cáncer mediante el olfato y que cambiar la dieta durante los tratamientos puede mejorar la tolerancia a las terapias.
Desigualdades en el acceso
En este contexto, es fundamental abordar las desigualdades: ¿qué ocurre con quienes no llegan a tiempo a un ensayo clínico? ¿Qué pasa con los tumores menos frecuentes que no atraen tantas inversiones? El mensaje es claro: “sin investigación, no hay esperanza”.