El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, se encuentra bajo presión de diversos sectores políticos y productivos. Estos grupos le exigen que defina su apoyo a uno de los candidatos presidenciales a menos de un mes de la segunda vuelta electoral en Bolivia. La postura neutral de Camacho ha generado críticas de figuras como el exdirigente cívico Guido Nayar y el jefe de la agrupación Soberanía Orden y Libertad, Oscar Vargas. Ambos advierten sobre las posibles consecuencias políticas que podría tener su falta de acción.
Consecuencias de la inacción
La falta de decisión de Camacho es vista como un factor que fragmenta el voto opositor al Movimiento Al Socialismo (MAS). Esto pone en riesgo la posibilidad de un cambio de gobierno. En la primera vuelta, Santa Cruz mostró un respaldo masivo a Jorge Tuto Quiroga, pero la neutralidad del gobernador ha desatado una ola de críticas. Su posición se ha vuelto un enigma desde que salió de la cárcel de Chonchocoro, donde estuvo recluido por un caso judicial.
La falta de liderazgo político ha provocado la indignación de figuras que anteriormente lo apoyaban. Estas personas lo acusan de abandonar la lucha por la que fue encarcelado. Guido Nayar, utilizando sus redes sociales, ha sido uno de los críticos más vocales. Nayar ha calificado la postura de Camacho no como una muestra de prudencia, sino como “oportunismo con cálculos personales”. Según él, la neutralidad del gobernador traiciona la voluntad del pueblo cruceño que exige un cambio radical.
Críticas a la fórmula de Paz
Nayar argumenta que la fórmula de Rodrigo Paz y Edmand Lara representa un “continuísmo del MAS”. Esto se debe a su discurso confrontacional, que se asemeja a las tácticas de Evo Morales. En la misma línea, Oscar Vargas también ha exigido a Camacho que tome una postura clara. Vargas ha advertido que la “apatía e indiferencia” del gobernador y del concejal Manuel Saavedra podrían tener un alto costo político. Esto no solo afectaría la elección presidencial, sino también las futuras elecciones subnacionales.
Su advertencia es clara: “Si no gana Tuto Quiroga, no habrá ninguna batalla ganada ni elecciones subnacionales”. El silencio de Camacho se enmarca en una compleja red de alianzas. El gobernador ha sido un aliado clave de Samuel Doria Medina, cuyo partido quedó fuera de la carrera presidencial en la primera vuelta y decidió apoyar a Rodrigo Paz. Esta situación coloca a Camacho en una encrucijada: por un lado, está la lealtad a sus antiguos aliados y, por otro, la presión de su base política.
Impacto en el resultado electoral
Históricamente, los movimientos de los líderes regionales han sido cruciales para definir los resultados electorales en Bolivia. El respaldo de Camacho podría inclinar la balanza a favor de Quiroga, dándole el impulso necesario para ganar votos en una región que ya le es favorable. Sin embargo, su neutralidad podría dividir a los votantes cruceños, debilitando la oposición y fortaleciendo a la fórmula de Rodrigo Paz.
La decisión que tome el gobernador en las próximas semanas no solo afectará el resultado del balotaje, sino que también definirá su futuro político en el escenario boliviano.