La exdirectora de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM), Nilza López, ha denunciado que sufrió maltrato y presiones por parte de su antecesora, Brenda Lafuente. Según López, durante su gestión, que abarcó desde junio hasta octubre de 2022, también enfrentó un intento de soborno y amenazas dirigidas a su familia. Estas afirmaciones las hizo en una visita a los estudios de Erbol, donde además reveló que presentó pruebas de corrupción a las autoridades del Ministerio de Justicia, pero hasta ahora no se ha iniciado ninguna investigación.
Denuncias de poder paralelo
El relato de Nilza López sugiere que existe un poder paralelo dentro de la AJAM. Ella afirma que su predecesora, Brenda Lafuente, la presionaba para que mantuviera en sus puestos a funcionarios cuestionados. Lafuente incluso le advertía que “todas las decisiones las voy a tomar yo”. Esto crea un escenario en el que la autoridad formal parece ser irrelevante frente a las influencias informales que operan dentro de la institución.
Respaldo político cuestionado
La denuncia se complica aún más con la afirmación de Lafuente, quien, según los audios presentados por López, asegura tener el respaldo político del propio Presidente Luis Arce. Esta presunción de apoyo desde las más altas esferas del gobierno plantea serias interrogantes sobre la voluntad política para combatir la corrupción y sugiere la existencia de una posible cultura de impunidad en las instituciones públicas.
Inacción del Ministerio de Justicia
Uno de los aspectos más críticos de la denuncia es la falta de respuesta por parte del Ministerio de Justicia. La exdirectora López sostiene que entregó audios, documentos y otras pruebas a los ministros Iván Lima y Susana Ríos. Sin embargo, en lugar de iniciar una investigación, lo único que recibió fue la instrucción de “esperar”.
Contexto de corrupción en minería
El caso de Nilza López se suma a una larga lista de denuncias de corrupción en la minería boliviana. Este sector ha sido históricamente susceptible a irregularidades, en gran parte debido a las vastas riquezas que genera. La denuncia de la exdirectora de la AJAM, aunque personal en su origen, se convierte en un ejemplo de cómo la corrupción sistémica puede paralizar la administración pública.
Un llamado a la justicia
La inacción de la justicia perpetúa un ciclo de impunidad. Las palabras finales de López, en las que responsabiliza al Presidente si algo le ocurre a ella o a su familia, son un llamado desesperado por seguridad y justicia. Este mensaje resuena mucho más allá de las paredes de un estudio de radio, destacando la urgencia de abordar estos problemas en el ámbito público.