La muerte de un caimán negro conocido como Jesús fue confirmada este miércoles 17 de septiembre de 2025 en Santa Ana de Yacuma, Beni. El animal no logró recuperarse de las heridas que le causó otro ejemplar que invadió su territorio, lo que finalmente llevó a su fallecimiento. Se trataba de un reptil de casi 4 metros que era considerado un emblema turístico de las pampas amazónicas y despertaba la curiosidad de viajeros tanto nacionales como internacionales.
Durante más de 2 semanas, guías y pobladores hicieron todo lo posible por salvarlo, pero la fuerza del ataque había sido demasiado. A pesar de los esfuerzos por atenderlo, las lesiones terminaron con la vida del animal que, durante años, fue parte del paisaje natural y del imaginario de quienes visitaban el Área Protegida Municipal.
Fama entre turistas
Jesús se hizo famoso porque acudía al llamado de barqueros y turistas, quienes lo invocaban desde la orilla con un grito que se volvió característico: “¡Jesús, venga pa’ acá!”. En ese momento, aparecía entre las aguas turbias, imponente pero tranquilo, buscando el alimento que le ofrecían. Esta conducta lo convirtió en un atractivo único y en un símbolo de la relación entre el ser humano y la selva.
Interacción con su cuidador
El cuidador Alejandro Gil Mendieta solía interactuar con él de una forma que sorprendía a los visitantes. Levantaba su cola escamosa, la acariciaba o le daba palmadas, y el animal permanecía quieto, como si entendiera que formaba parte del espectáculo. Estas escenas, repetidas una y otra vez, reforzaron la fama del caimán en la región y lo convirtieron en un referente del turismo amazónico en Bolivia.
Legado de Jesús
Aunque su presencia ya no acompañará a las embarcaciones en el río, su recuerdo seguirá vivo. Jesús dejó de ser un simple reptil para convertirse en parte de la memoria colectiva, ya que unió a locales y viajeros en torno al misterio de la Amazonía. De esta manera, el caimán manso de las pampas pasa de ser atracción a convertirse en leyenda.
LDVY