El vicegobernador de Santa Cruz, Mario Aguilera, fue recibido este jueves 11 de septiembre de 2025 con abucheos y gritos de “traidor” durante la audiencia del caso “Decretazo”, que involucra al exgobernador Luis Fernando Camacho. La tensión entre simpatizantes y críticos del político obligó a que Aguilera saliera escoltado por la Policía, mientras la sala de audiencias se convirtió en un escenario de confrontación.
Durante la sesión, algunas personas lo criticaban con gritos, mientras otras mostraban su apoyo, lo que provocó discusiones y enfrentamientos verbales. Videos difundidos en redes sociales muestran que los insultos lo calificaban de “traidor”, “judas” y “corrupto”, evidenciando el fuerte rechazo de ciertos sectores.
Aguilera y su mandato
Aguilera asumió la conducción del Ejecutivo departamental mientras Camacho estuvo detenido. Tras la liberación del exgobernador, Aguilera reconoció que mantiene diferencias políticas con él. Sin embargo, descartó renunciar a la vicegobernación y afirmó que continuará cumpliendo su mandato hasta el final, cumpliendo con las responsabilidades que le fueron otorgadas.
Negaciones de acuerdos
Además, el vicegobernador negó que durante su gestión temporal haya existido algún acuerdo con el Movimiento Al Socialismo (MAS). Señaló que esas acusaciones surgieron desde que asumió el cargo y carecen de fundamento. También explicó que su gestión se enfocó en mantener la institucionalidad del departamento y garantizar el funcionamiento de la Gobernación.
Desacuerdos con Camacho
Las tensiones entre ambos políticos también se relacionaron con el despido de personal contratado por Aguilera, medida que Camacho revirtió al regresar al cargo. Según Aguilera, esta situación afectó más a la institucionalidad del departamento que a su propia imagen, ya que las funciones de los trabajadores fueron ignoradas.
Resultados electorales y distanciamiento
Asimismo, el vicegobernador mencionó que parte del distanciamiento con Camacho está vinculado a los resultados de las últimas elecciones generales. En ese proceso, Samuel Doria Medina, aliado del exgobernador, no logró un respaldo significativo en Santa Cruz, lo que generó discrepancias dentro del equipo político.