Rusia ha llevado a cabo una serie de ataques aéreos en el sureste de Ucrania, resultando en al menos 20 muertos y más de 40 heridos, según informaron las autoridades locales. Uno de los bombardeos más mortales tuvo como objetivo una prisión en la región de Zaporizhzhia, donde 16 personas perdieron la vida y 35 sufrieron heridas. Ivan Fedorov, jefe de la administración militar local, indicó que las instalaciones fueron completamente destruidas y que las viviendas cercanas también sufrieron daños estructurales.
En paralelo, misiles rusos impactaron en áreas urbanas de Dnipropetrovsk. En la ciudad de Kamyanske, dos personas murieron y cinco resultaron heridas, además de que un hospital fue afectado, según reportó Sergiy Lysak, jefe de la administración regional. En el distrito de Synelnykivsky, otra persona falleció, mientras que en la localidad de Velykomykhaylivska, una mujer de 75 años murió y un hombre de 68 resultó herido tras el impacto en una vivienda privada.
Respuesta ucraniana con drones
En respuesta a estos ataques, las fuerzas ucranianas lanzaron una ofensiva con drones en el sur de Rusia. El gobernador interino de Rostov, Yuri Slyusar, reportó que un vehículo fue alcanzado en la calle Ostrovsky, lo que resultó en la muerte de su conductor.
Nueva fase de la ofensiva rusa
Estos bombardeos coinciden con una nueva fase de la ofensiva militar rusa, que ha logrado avanzar en áreas que anteriormente estaban menos expuestas. Durante el fin de semana, Moscú anunció la captura del asentamiento de Maliyevka, en la región de Dnipropetrovsk, aunque Kiev desmintió que estos avances se hayan consolidado.
Condemnaciones por ataques a civiles
El ataque a la prisión se suma a una larga lista de objetivos civiles bombardeados desde el inicio del conflicto en 2022. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, calificó esta agresión como un acto deliberado. “No fue un accidente. Sabían que estaban atacando una instalación con personas detenidas”, expresó en sus redes sociales. Además, exigió que Rusia sea forzada a detener los asesinatos y aceptar la paz.
Dmytro Lubinets, responsable de derechos humanos de Ucrania, denunció que el bombardeo representa una violación directa del derecho internacional humanitario. “Las personas detenidas no pierden su derecho a la vida y a la protección”, afirmó, advirtiendo que este ataque refuerza las evidencias de crímenes de guerra cometidos por Rusia.

Reacciones del gobierno ucraniano
El jefe de gabinete de la presidencia ucraniana, Andriy Yermak, se unió a las condenas. “El régimen de Putin debe recibir golpes económicos y militares que le impidan seguir con esta guerra”, escribió.
En la misma jornada, la fuerza aérea ucraniana reportó que Rusia lanzó 37 drones y 2 misiles. De estos, 32 drones fueron interceptados, aunque algunos lograron evadir las defensas aéreas y causaron nuevos daños.
Contexto del conflicto
Este nuevo ataque se produce casi 3 años después del bombardeo a un centro de detención en Donetsk, que estaba bajo control de fuerzas rusas y dejó decenas de prisioneros de guerra muertos. En esa ocasión, Kiev culpó a Rusia, mientras que el Kremlin responsabilizó a Ucrania.
La guerra en Ucrania entra en su cuarto año sin señales de resolución. Los ataques contra infraestructura civil aumentan la presión internacional sobre Moscú, mientras que Kiev insiste en la defensa de su soberanía en medio de un conflicto que sigue escalando.