Pese a que los niveles de intención de voto son bajos y lo sitúan por debajo del 3%, el candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS), Eduardo Del Castillo, ha afirmado que no retirará su candidatura para las elecciones generales que se llevarán a cabo el 17 de agosto de 2025. Esto se mantendrá mientras no haya una unidad concreta entre las fuerzas de izquierda.
“En este momento, bajo las condiciones actuales, no voy a bajar ninguna candidatura. Hay gente que cree en nosotros y que confía en nosotros”, declaró el exministro de Gobierno en una entrevista con la agencia EFE.
Designación del MAS
Del Castillo fue elegido por el MAS tras la renuncia del Presidente Luis Arce a buscar la reelección. Esta decisión se produjo en un contexto complicado, caracterizado por la escasez de dólares, el desabastecimiento de combustibles y el aumento de precios. Con 36 años y casi cicnco en el cargo, el candidato enfrenta un panorama adverso, donde las encuestas son lideradas por Samuel Doria Medina (Unidad) y Jorge Tuto Quiroga (Libre), ambos con cerca del 20% de apoyo.
Desestimación de encuestas
El exministro desestimó los resultados de las encuestas y aseguró que sus propios datos “son completamente distintos”. Además, calificó como falso que su candidatura pudiera llevar a la pérdida de la personería jurídica del MAS si no logra superar el 3% de los votos.
Intento de aglutinar fuerzas
Con el objetivo de unir al bloque progresista, el MAS convocó a una reunión con otras fuerzas de izquierda, como la Alianza Popular de Andrónico Rodríguez, Morena de Eva Copa y delegados de Evo Morales, el 24 de julio de 2025. Sin embargo, no se logró la asistencia ni se alcanzaron acuerdos. Del Castillo cuestionó que algunos sectores impongan condiciones o respalden políticas que, según él, contradicen los intereses populares, como la liberación de exportaciones para captar divisas.
“No me voy a sentar a negociar con ninguna persona que esté en contra de los sectores que nos dieron el voto alguna vez”, sostuvo.
Reconocimiento de deudas
En relación a su gestión como ministro, Del Castillo reconoció que no haber ejecutado la orden de aprehensión contra Evo Morales, acusado de un presunto caso de trata de personas, es una “asignatura pendiente”. Afirmó que un operativo en el Trópico de Cochabamba podría haber provocado una insurrección y “al menos 20 muertos”.
“Independientemente de quién sea el próximo presidente, consideramos que ese proceso ya está encaminado (…) hay bastante información que demuestra que Evo Morales sí transgredió los derechos sexuales de menores”, afirmó.
Asimismo, admitió que no haber logrado la captura del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset fue otra deuda de su gestión. Sin embargo, durante su tiempo en el Gobierno, se detuvo a figuras clave como Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho, quienes, según el oficialismo, están implicados en la crisis política de 2019.