El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha que fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972. Este año, el lema es “Sin contaminación por plásticos”, que tiene como objetivo crear conciencia sobre los problemas ecológicos que generan los residuos plásticos en océanos, ríos y suelos.
La ONU señala que cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico, de las cuales cerca de la mitad son de un solo uso. Solo el 10% de este plástico se recicla, mientras que más de 11 millones de toneladas terminan en cuerpos de agua. Además, los microplásticos, que son partículas menores a 5 milímetros, se han vuelto casi omnipresentes.
La ONU afirma que estos microplásticos “invaden los alimentos, el agua e incluso el aire”. Se estima que las personas ingieren más de 50,000 fragmentos de microplásticos al año, sin contar aquellos que se inhalan.
Acciones necesarias contra el plástico
Ante esta alarmante situación, la ONU hace un llamado a rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y repensar el uso del plástico. El organismo internacional exige que gobiernos, empresas y ciudadanos implementen soluciones sostenibles en todos los rincones del mundo.
Un ejemplo claro de esta crisis ambiental es la gran mancha de basura del Pacífico, conocida también como la “isla de plástico”. Esta vasta acumulación de residuos se extiende aproximadamente entre la costa oeste de América del Norte y Japón.
La superficie de esta mancha, compuesta principalmente por microplásticos flotantes, abarca 1.6 millones de kilómetros cuadrados. Lejos de ser una isla compacta, esta zona es en realidad una “sopa de partículas” suspendidas en la parte superior de la columna de agua.
Impacto de la contaminación
Como señala la NOAA, aunque en esta área se pueden encontrar mayores concentraciones de basura, gran parte de los desechos son pequeños trozos de plástico flotante que no son visibles a simple vista. Se estima que hasta el 86% de estos residuos proviene de la pesca, mientras que el resto se origina en botellas, redes, envoltorios y otros objetos arrastrados por ríos y corrientes oceánicas.
El giro subtropical del Pacífico Norte actúa como una trampa que mantiene los residuos en circulación. A pesar de los esfuerzos para limpiar esta área, The Ocean Cleanup retiró 11.5 millones de kilogramos de basura en 2024 en todo el mundo; sin embargo, más del 90% de esta basura corresponde a microplásticos difíciles de recolectar.

Consecuencias en la vida marina
Un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution observó que especies como briozoos y esponjas están utilizando fragmentos flotantes para asentarse y reproducirse en mar abierto. Esta colonización fuera de su hábitat original sugiere que los límites biogeográficos entre ecosistemas costeros y oceánicos están comenzando a desdibujarse debido a la contaminación plástica.
Investigaciones recientes han revelado consecuencias en especies menos estudiadas. En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, la Fundación Temaikén advirtió sobre la presencia de microplásticos y fibras sintéticas en animales silvestres como tiburones y ranas.
En tiburones demersales del Atlántico Norte, más del 70% contenía fibras sintéticas en sus tractos digestivos. La contaminación por plásticos no es exclusiva del océano; también afecta ambientes terrestres y acuáticos. Fragmentos invisibles llegan a lagos y ríos, afectando animales que nunca han estado en contacto con el mar.

Impacto en especies terrestres
Especies como la rana patagónica y el caracol también se ven afectadas. Se han encontrado microplásticos en ranas y acumulaciones en caracoles terrestres. “Estos datos nos confirman que el plástico no solo contamina, sino que se incorpora a la vida misma”, subrayaron especialistas.
La expansión global de la contaminación plástica plantea un desafío ambiental profundo que va desde el fondo del océano hasta ecosistemas montañosos. Abordar esta crisis requiere transformar hábitos y generar conocimiento sobre su impacto real.
El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1972. Desde entonces, se ha consolidado como una plataforma internacional en favor del medio ambiente. La organización de este evento está a cargo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Cada año, un país diferente actúa como anfitrión; este año, el país anfitrión es Corea del Sur.
