Luis Flores es un joven agrónomo boliviano que se dedica a rescatar enjambres de abejas en su hogar, situado entre La Paz y El Alto. Desde hace tres años, realiza al menos cautro rescates semanales y se ha propuesto enseñar a las personas a convivir con estos insectos, con el objetivo de preservar el medioambiente.
A más de 4.000 metros de altitud, miles de abejas revolotean alrededor de seis panales artesanales, que están hechos de cajas de madera y metal. Aquellos que desean acercarse a las abejas deben colocarse un traje especial, mientras que Flores utiliza humo para calmarlas antes de cualquier interacción.
Flores comenta que siempre ha tenido un interés especial por las abejas, pero fue un ultimátum de algunos vecinos lo que lo llevó a comenzar a rescatarlas y darles refugio en su hogar. “Comencé con unas abejitas que estaban en peligro, me dijeron ‘o te las llevas o las quemamos’. Fue una decisión muy fuerte, y a pesar de no tener trajes ni nada, rescaté a las abejitas”, relata Flores a EFE.

El crecimiento de su refugio
Después de su primer rescate, Flores continuó con otros, y pronto se dio cuenta de que miles de abejas ya habían hecho de su casa su hogar. “Siempre me han traído curiosidad. Su jerarquía y su forma de trabajar son impresionantes: la reina, las que la alimentan, las exploradoras; cada una tiene trabajos específicos”, explica el agrónomo.
Flores ha distribuido los panales entre las abejas más fuertes, las débiles, las que producen miel y las recién llegadas. Cada grupo recibe un cuidado especial. En su habitación, tiene el panal de las abejas que ya producen miel, lo que permite que en el piso se dispongan bandejas de cera con miel fresca. “Aquí tratamos de no cosechar todo; se saca lo que se consume, hasta un 50% de la miel, y el resto es para alimentarlas”, aclara.

Conciencia sobre la importancia de las abejas
El objetivo de Flores es generar conciencia en las personas sobre la importancia de convivir con las abejas. Busca alimentarlas con la miel que producen, evitando “una explotación” y asegurando que sean “fundamentales” para la preservación del planeta.
Realiza al menos cuatro rescates a la semana, especialmente entre octubre y febrero, que es cuando aparecen más abejas en diferentes regiones. Además, capacita a jóvenes apicultores, estudiantes y otras personas para que aprendan a manejar a las abejas, de modo que en pocas semanas puedan adoptar sus propios enjambres.
Adaptación a las condiciones climáticas
El joven boliviano ha desarrollado un nuevo hábitat para las abejas. A más de 4.000 metros de altitud y, en ocasiones, con un frío devastador, ha logrado que las abejas salgan de sus panales en horarios específicos según la temporada del año. También les ha enseñado a “trabajar” menos horas durante el invierno. “Con ellas ya tengo la confianza de trabajar; ya me reconocen y eso es un proceso por el que deben pasar las abejas”, explica Flores.
Día Mundial de las abejas
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 20 de mayo de 2017 como el Día Mundial de las Abejas, con el fin de generar conciencia sobre la importancia de estos insectos en la naturaleza. Para el ingeniero agrónomo, las abejas se han convertido en su pasatiempo favorito y en su sentido de vida; sostiene que cuando uno acoge a las abejas en su hogar, en realidad son ellas las que lo adoptan a uno.