La cotización del dólar en el mercado paralelo boliviano ha alcanzado entre Bs 15,50 y Bs 16 por unidad. Esta cifra es más del doble del tipo de cambio oficial, que se sitúa en Bs 6,96. Esta situación se debe a la escasez de divisas, provocada por la caída en la producción de gas natural. Además, la inflación interanual llegó al 15% hasta abril de 2025, afectando especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
A pesar de este complicado escenario, el Gobierno del Presidente Luis Arce ha decidido mantener el tipo de cambio oficial sin recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta decisión ha generado un debate sobre la mejor manera de enfrentar la crisis económica que atraviesa el país.
Producción de gas natural
La escasez de dólares en Bolivia se ha visto agravada por la caída en la producción de gas natural, que es la principal fuente de ingresos de divisas para el país. Desde 2022, la producción se ha reducido a la mitad, lo que ha llevado a una disminución significativa en las Reservas Internacionales Netas (RIN), que alcanzaron niveles históricamente bajos en 2023.
Mercado informal
La falta de divisas ha generado un mercado informal, donde el dólar se cotiza a precios mucho más altos que el oficial. En Santa Cruz, por ejemplo, el dólar paralelo se encuentra en Bs 15,50. Esta devaluación del boliviano en el mercado paralelo ha tenido un impacto directo en la inflación, que llegó al 24% en el caso de los alimentos.

Impacto en la población
La situación ha afectado a los sectores más vulnerables de la población, quienes se ven obligados a adaptarse a la crisis modificando su dieta y reduciendo gastos esenciales. Además, el encarecimiento de los productos importados y la salida ilegal de alimentos y combustibles al extranjero han generado escasez interna y un aumento en los precios.
El contrabando de gasolina representa una pérdida directa para el Estado de aproximadamente 1.000 millones de dólares anuales, lo que agrava aún más la situación económica del país.
Críticas al Gobierno
El Gobierno del Presidente Luis Arce ha optado por mantener el tipo de cambio oficial y no recurrir al FMI, dejando las soluciones para después de las elecciones. Esta postura ha generado críticas y ha afectado la popularidad del mandatario, con un 87% de los ciudadanos expresando su deseo de un cambio de rumbo.
“En resumen, la cotización del dólar paralelo en Bolivia refleja una crisis económica profunda”, manifestó el economista Germán Molina. La situación actual exige medidas urgentes para estabilizar la economía y proteger a la población más afectada, concluyó el experto.
/KMMN