El vicepresidente nacional de Operaciones de YPFB, Ariel Montaño, ha alertado sobre el creciente déficit energético en Bolivia. Este problema se debe a un aumento en la demanda interna y una disminución en la producción nacional. Montaño realizó esta declaración durante un evento sobre la importación de combustible que tuvo lugar en Santa Cruz el 22 de abril. En el evento también participaron autoridades legislativas y representantes del sector energético.
«La demanda de combustibles en Bolivia ha crecido entre un 5 % y 7 % anual durante los últimos 15 años. En contrapartida, la producción nacional ha sido decreciente», afirmó Montaño.
El vicepresidente advirtió que esta situación ha llevado a YPFB a importar cada año mayores volúmenes de diésel y gasolina para cubrir el déficit energético, el cual ha crecido de manera exponencial.
Autocrítica institucional
Montaño no evitó la autocrítica hacia la institución y destacó que la actual administración heredó un escenario que, aunque previsible, se ha vuelto inevitable. Esto se debe a los largos ciclos que implica incrementar la producción hidrocarburífera, desde las etapas de exploración hasta el desarrollo de campos.
«El contexto es complejo. La falta de planificación en el sector durante la pasada década ha llevado a una situación llena de desafíos. Cuando la actual administración asume YPFB, se identifican algunas situaciones predecibles, pero ya inevitables», explicó Montaño.
Asistencia de autoridades
El evento contó con la presencia de altas autoridades, incluyendo diputados y senadores, así como representantes del sector privado. Entre ellos estaban Julio Faldín, vicepresidente regional de Argus Media, y Omar Alarcón, presidente de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). También se esperaba la participación del ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, y del presidente ejecutivo de YPFB.
Justificación de las importaciones
Lo expresado por Montaño refuerza la narrativa oficial que busca justificar el incremento de las importaciones de combustibles. Según fuentes del sector, Bolivia destina anualmente más de 2.000 millones de dólares a la importación de carburantes. Esta cifra podría seguir aumentando si no se concretan nuevas inversiones en exploración y recuperación secundaria de campos maduros.
Desafíos fiscales y logísticos
Bolivia enfrenta crecientes presiones fiscales y desafíos logísticos para mantener el abastecimiento interno. La falta de planificación en la última década ha dejado al país con un margen limitado y una creciente dependencia de las importaciones.