Un estudio reciente revela el primer caso documentado de depredación de un tiburón marrajo sardinero por parte de un tiburón blanco, un depredador más grande. Esta investigación, realizada por expertos de la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU.), ha sido publicada en la revista Frontiers.
El marrajo sardinero es una especie en peligro según la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La muerte de una hembra preñada de marrajo sardinero, como se ha documentado en este estudio, podría tener repercusiones significativas para la población de esta especie, que ya está sufriendo debido a la sobrepesca histórica.
El primer caso documentado de depredación
El equipo de investigación pudo presenciar la muerte de la hembra de marrajo sardinero gracias a una etiqueta de seguimiento colocada en el animal. Esta etiqueta fue ingerida por el tiburón depredador y luego excretada al mar. Según Brooke Anderson, autora principal del estudio, este es el primer caso documentado de depredación de un marrajo sardinero en cualquier parte del mundo.
Consecuencias devastadoras
La depredación de esta hembra de tiburón en edad reproductora no solo implica la pérdida de un individuo que podría contribuir al crecimiento de la población, sino también la pérdida de todas sus crías en desarrollo. Los marrajos sardineros son tiburones grandes y activos, que pueden alcanzar hasta 3,7 metros de largo y 230 kilos, y vivir hasta 30 años. Sin embargo, debido a su ciclo reproductivo lento, esta especie no puede recuperarse fácilmente de las amenazas a las que está expuesta.
Un llamado a la protección de la especie
El marrajo sardinero del Atlántico Noroccidental se encuentra en peligro según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, mientras que las poblaciones del Atlántico Nororiental y el Mediterráneo están en peligro crítico. Este estudio resalta la importancia de seguir estudiando las interacciones entre los grandes depredadores marinos y cómo estas pueden afectar a todo el ecosistema.
Avances tecnológicos revelan la complejidad de las interacciones
Brooke Anderson, investigadora de la Universidad Estatal de Arizona, señala que este descubrimiento inesperado demuestra que las interacciones entre los grandes tiburones depredadores podrían ser más complejas de lo que se pensaba. Es necesario continuar estudiando estas interacciones para comprender mejor cómo afectan al ecosistema y qué impactos en cascada podrían tener.