En una operación intensiva y preventiva, Israel llevó a cabo un bombardeo en el Sur de Líbano en respuesta a un «ataque inminente» planeado por el grupo militante Hizbulá. Más de 100 aviones de combate fueron utilizados en el ataque, destruyendo miles de lanzaderas que apuntaban al Norte y centro del país.
Objetivo de los misiles: base de Gilot y sede del Mosad
Las autoridades israelíes creen que Hizbulá tenía como objetivo principal de sus misiles la base de Gilot, ubicada cerca de la ciudad de Herzliya en el centro del país. Esta base alberga varias unidades de inteligencia del Ejército y la sede del Mosad, la agencia de inteligencia de Israel.
Medidas de seguridad en Tel Aviv y reanudación de actividades en el aeropuerto
Ante la amenaza de posibles ataques, el Ayuntamiento de Tel Aviv ha abierto 240 refugios y ha señalado que los aparcamientos subterráneos pueden ser utilizados si es necesario. Además, se han cancelado las actividades de ocio, las playas y las instituciones culturales, siguiendo las pautas del comando del frente interno.
Por otro lado, el aeropuerto internacional Ben Gurion reanudó sus operaciones después de haber permanecido cerrado durante una hora y media debido al ataque.
Advertencia de Netanyahu y coordinación con Estados Unidos
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que cualquier daño causado a Israel será respondido con daño. Netanyahu dirigió la operación desde la base militar de Kirya en Tel Aviv, junto con el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant. Gallant declaró un «estado de emergencia militar» y mantuvo comunicación con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin.
Reunión para abordar los siguientes pasos y posible escalada bélica
Después del ataque, Netanyahu se reunió con el gabinete de seguridad y el gobierno para discutir los siguientes pasos a seguir y evaluar una posible escalada bélica en la frontera Norte.
Hizbulá ha mostrado solidaridad con el grupo islamista palestino Hamás en su guerra contra Israel, lo que ha llevado a un cruce de fuego que ha cobrado la vida de más de 630 personas, incluyendo 49 en Israel.