El Gobierno de Malasia ha anunciado una nueva medida para promover la conservación de los orangutanes y mejorar la imagen del sector del aceite de palma. A partir de ahora, los países importadores de aceite de palma podrán apadrinar orangutanes sin necesidad de que estos salgan de Malasia. Esta iniciativa se ha concretado en los últimos meses y busca contrarrestar las restricciones impuestas por la Unión Europea (UE) a la importación de aceite de palma debido a preocupaciones medioambientales.
Apadrinamiento en áreas de bosque
Según el ministro de Plantaciones y Materias Primas malasio, Johari Abdul Ghani, todas las actividades de apadrinamiento se llevarán a cabo en áreas de bosque dentro de plantaciones de aceite de palma con alto valor de conservación. Esto garantiza que los orangutanes se mantengan en su hábitat natural y se promueva la protección de su entorno.
Beneficios para los países importadores
Los países importadores que decidan apadrinar orangutanes podrán elegir el nombre del orangután a través de donaciones a la Fundación de Conservación Verde del Aceite de Palma (MPOGCF) y también se beneficiarán de ventajas fiscales. Esta medida busca incentivar la participación de los países importadores en la conservación de los orangutanes y promover la responsabilidad ambiental en la industria del aceite de palma.
El aceite de palma y la deforestación
El aceite de palma es ampliamente utilizado en diversos productos, desde alimentos procesados hasta cosméticos y biocombustibles. Sin embargo, su producción ha estado asociada históricamente a la deforestación en países como Malasia e Indonesia, los principales exportadores de este producto. Aunque en los últimos años se ha reducido la pérdida de bosques en ambos países, la Unión Europea aprobó una normativa para evitar la importación de materias primas que generen deforestación en terceros países.
Rechazo de Malasia e Indonesia
Malasia e Indonesia, que exportan el 85% del aceite de palma a nivel mundial, han calificado la medida de la UE como imperialista y discriminatoria hacia los pequeños productores. Esta controversia ha llevado al Gobierno malasio a implementar la «diplomacia del orangután» como una estrategia para mejorar la imagen del sector del aceite de palma y promover la conservación de los orangutanes.