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Plantas en ambientes áridos exhiben estrategias únicas de adaptación según estudio

Vista del fenómeno del desierto florido en la región de Atacama / Archivo EFE
Las plantas en zonas áridas son verdaderos ejemplos de adaptación y diversidad. Un estudio revela sus estrategias únicas.

Un estudio realizado por 120 expertos de 27 países revela que las plantas de las zonas áridas adoptan diferentes estrategias de adaptación, lo que resulta en una sorprendente diversidad de formas y funciones. Aunque se observan menos especies a nivel local en comparación con otras regiones del planeta, como las zonas templadas o tropicales, las plantas en zonas áridas muestran el doble de diversidad en términos de formas, tamaños y funcionamiento.

Las zonas áridas representan el 45% de la superficie de la Tierra, sin embargo, el conocimiento actual sobre la diversidad funcional de las plantas se centra principalmente en ecosistemas agrícolas y zonas templadas. Estas importantes zonas están amenazadas por el aumento de la aridez, la presión del pastoreo y la desertificación.

El estudio y sus conclusiones

Para este estudio, se recolectaron muestras de 301 especies de plantas de diferentes continentes para caracterizar su diversidad funcional. Se prestó especial atención a los elementos químicos y oligoelementos presentes en las plantas, ya que estos rasgos influyen en su funcionamiento.

Contrario a la hipótesis inicial, se descubrió que la aridez no reduce la diversidad de plantas, sino que en los pastizales más áridos del planeta se encuentran una amplia gama de estrategias de adaptación. Algunas plantas desarrollaron niveles elevados de calcio para protegerse contra la desecación, mientras que otras contienen altas concentraciones de sal para reducir la transpiración.

La singularidad de las plantas en zonas áridas

La pérdida de cubierta vegetal en las zonas áridas conduce a un fenómeno conocido como «síndrome de soledad de las plantas». Esto se debe a un mayor aislamiento y una menor competencia por los recursos, lo que resulta en una alta singularidad de rasgos y diversidad funcional, que son excepcionales a nivel mundial.

Este estudio desafía el paradigma de que los ambientes abióticos severos reducen la diversidad de plantas. En cambio, demuestra que las zonas áridas albergan una diversidad única y valiosa en términos de formas y funciones de las plantas.

Fuente: EFE


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