El multimillonario Bill Gates ha mostrado su apoyo a un proyecto innovador que busca reemplazar a las vacas y producir mantequilla a partir de dióxido de carbono (CO2). Esta iniciativa, desarrollada por la startup Savor en California, tiene como objetivo combatir el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de carne y lácteos.
La compañía ha desarrollado un método que combina CO2 del aire con hidrógeno y oxígeno para crear grasas y aceites. Mediante la aplicación de calor, estos elementos se transforman en cadenas de átomos de carbono e hidrógeno, similares a los que se encuentran en los productos lácteos. Este proceso no emite gases de efecto invernadero y utiliza una cantidad mínima de agua en comparación con la agricultura tradicional.
Replicando el sabor y la textura de los productos lácteos tradicionales
Uno de los mayores desafíos para los sustitutos de productos lácteos y cárnicos ha sido lograr replicar el sabor y la textura que los consumidores esperan. Sin embargo, la mantequilla producida a partir de CO2 ha sorprendido incluso a Bill Gates, quien afirmó que no podía creer que no estuviera comiendo mantequilla real.
Una experiencia auténtica para los consumidores
El proceso desarrollado por Savor permite crear moléculas idénticas a las presentes en la mantequilla tradicional, asegurando una experiencia auténtica para los consumidores. Gates destaca que esta innovación podría ser clave para que los consumidores adopten estos productos sin sentirse decepcionados.
Próximos pasos y otras alternativas sostenibles respaldadas por Gates
La empresa se encuentra actualmente en fase precomercialización y está trabajando en obtener las aprobaciones regulatorias necesarias antes de iniciar las ventas en 2025. Además del proyecto de mantequilla a partir de CO2, otras empresas respaldadas por Bill Gates están desarrollando alternativas sostenibles al aceite de palma, con el objetivo de reducir las emisiones globales.
En 2018, la deforestación para el cultivo de palma aceitera fue responsable del 1.4% de las emisiones globales, lo que destaca la importancia de buscar alternativas sostenibles en la producción alimentaria para mitigar el impacto ambiental.