Mundo Salud

Descubren plásticos microscópicos hasta en el cerebro humano

Vista detallada de plásticos y microplásticos, en una fotografía / EFE Archivo

No se ven a simple vista, pero están en todas partes, desde el agua que bebemos hasta el aire que respiramos. Los científicos constataron la presencia de plásticos microscópicos en prácticamente todos los rincones del cuerpo humano, incluido el cerebro. Esto es lo que se sabe hasta ahora sobre su impacto:

El plástico, omnipresente en el estilo de vida actual, se descompone lentamente en partículas muy pequeñas que acaban diseminadas por todas partes: se encontraron desde la cumbre del Everest hasta la fosa de las Marianas, a 10 kilómetros bajo la superficie marina.

Micropartículas invadiendo órganos y tejidos

Los investigadores denominan microplásticos a las partículas con un diámetro inferior a 5 milímetros (mm) y nanoplásticos cuando es menor de 0,001 mm; ambos tamaños son inasequibles al ojo humano. El cuerpo humano, al igual que otros seres vivos, se está convirtiendo en un «depósito» de estas micropartículas de plástico debido a su capacidad para invadir órganos y tejidos.

Ingestión y exposición constante al plástico

Un estudio realizado por la Universidad Australiana de Newcastle estimó que cada semana ingresan en el cuerpo una media de 5 gramos de plástico -equivalente a una tarjeta de crédito- a través de lo que ingerimos o del aire que respiramos. Se ha constatado su presencia en la placenta, la leche materna, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones, la sangre y el cerebro.

Un desafío para la ciencia

Extraer, caracterizar y cuantificar los micro y nanoplásticos en el cuerpo humano constituye un desafío de gran complejidad que apenas comienza a explorar la ciencia. Los investigadores se encuentran ante un lienzo en blanco en términos de investigación.

El impacto de los microplásticos en el cerebro

La neurocientífica Jamie Ross ha arrojado luz sobre el impacto de los microplásticos en el cerebro mediante experimentos con ratones. Descubrió que estas partículas atraviesan la barrera hematoencefálica del cerebro, producen inflamación similar a las demencias y presentan alteraciones similares a las personas que padecen enfermedades neurológicas como Parkinson.

Cómo afectan al sistema nervioso

Investigaciones han demostrado que los nanoplásticos más pequeños cruzan la barrera hematoencefálica apenas dos horas después de ser ingeridos. Una vez dentro del cerebro, las partículas microscópicas de plástico producen una inflamación continua y prolongada en áreas específicas relacionadas con enfermedades como Alzheimer o Parkinson.

Evidencia suficiente para prevenir

Aunque la investigación en este campo es limitada, los científicos sostienen que «hay evidencia suficiente» para prevenir al máximo la exposición a la contaminación del plástico y evitar su uso si no es estrictamente necesario.

Fuente: EFE


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