La vicepresidente de Colombia, Francia Márquez, solicitó en el II Foro Global de Refugiados ayuda internacional para hacer frente a la llegada de desplazados, incluyendo aquellos procedentes de Venezuela y los que intentan llegar a Norteamérica a través del Tapón del Darién.
Márquez destacó que el Estado colombiano no cuenta con los recursos ni la capacidad suficiente para atender esta problemática por sí solo. Aunque existe voluntad política, se requiere una mayor colaboración externa.
Colombia acoge a millones de refugiados y desplazados internos
Márquez recordó que Colombia es el cuarto país con mayor número de refugiados acogidos en el mundo, alrededor de tres millones, principalmente venezolanos. Además, es el país con más desplazados internos debido al conflicto armado, alcanzando los 6.9 millones.
Vivencias personales como motor para buscar soluciones
Márquez compartió su propia experiencia como víctima del desplazamiento forzado y resaltó la importancia de abordar este problema desde un enfoque humano. Como primera mujer afrodescendiente en ocupar la vicepresidencia de Colombia, comprende las dificultades que enfrentan las comunidades afectadas.
El confinamiento agrava aún más la situación
La mandataria explicó que en Colombia, además del desplazamiento, muchas comunidades sufren confinamiento debido a la actividad armada y la presencia de minas. Esto impide que los campesinos indígenas o afrodescendientes puedan cultivar o pescar para sobrevivir.
Compromiso de Colombia con los refugiados venezolanos
Márquez destacó el compromiso de Colombia al otorgar estatus migratorio especial a dos millones de refugiados venezolanos y conceder la nacionalidad colombiana a 100,000 niños para evitar que se conviertan en apátridas.
La necesidad de una legislación internacional
A nivel global, Márquez abogó por una legislación internacional que aborde el desplazamiento forzado. Además, instó a las naciones a reconocer la crisis migratoria mundial y atender sus causas profundas más allá de los conflictos armados.
Buscar soluciones para garantizar vida digna y oportunidades
Márquez concluyó resaltando que nadie desea abandonar su tierra natal sin razón. Las personas se ven obligadas a huir para salvaguardar sus vidas o buscar mejores oportunidades. Por ello, es fundamental flexibilizar las condiciones de movilidad y evitar rutas peligrosas como el Tapón del Darién.
Fuente: EFE