La práctica del «ghosting», derivada del término inglés «ghost» (fantasma), se caracteriza por el cese repentino de todo tipo de comunicación sin previo aviso ni justificación. Aunque comúnmente asociado con las relaciones amorosas, este fenómeno puede manifestarse en diversos contextos relacionales.
En el ámbito amoroso, el «ghosting» suele surgir tras el inicio de una relación, cuando una de las partes opta por cortar toda respuesta a mensajes, llamadas y otros intentos de contacto. Diversas razones motivan esta conducta, desde el miedo al conflicto hasta la falta de habilidades sociales o empatía.
Consecuencias emocionales significativas
Las consecuencias para quienes experimentan el «ghosting» son significativas, generando sentimientos de confusión, rechazo y ansiedad. En algunos casos, este acto puede incluso desencadenar problemas de salud mental. Es crucial reconocer que el destinatario del «ghosting» no lleva la culpa, siendo la persona que lo realiza quien enfrenta un problema subyacente.
Superando el episodio
Para quienes fueron víctimas de «ghosting», se comparten algunos consejos para superar este episodio: permitirse sentir las emociones, buscar apoyo en amigos o profesionales y concentrarse en el autocuidado.
Aceptando la realidad y recuperándose
Aceptar que el «ghosting» no refleja la valía personal es el primer paso hacia la recuperación, recordando siempre que el respeto y el amor merecen ser recíprocos en relaciones saludables.