Gritar, denigrar o amenazar verbalmente a los menores puede ser tan perjudicial para su desarrollo como los abusos sexuales o físicos, según un estudio encargado por la organización benéfica británica Words Matter.
La investigación, realizada por investigadores de la Universidad Wingate de Carolina del Norte y el University College de Londres, se basó en la revisión y análisis detallado de 166 estudios anteriores sobre el tema.
Necesidad de categorizar el maltrato verbal infantil
El estudio sugiere que el abuso verbal infantil debería tener su propia categoría de maltrato para facilitar su prevención. Los expertos clasificaron este tipo de maltrato como más «manifiesto» en comparación con otras formas de maltrato emocional y afirmaron que merece especial atención.
Consecuencias negativas a lo largo de toda la vida
Según el informe publicado recientemente en la revista académica Child Abuse & Neglect, el maltrato verbal infantil tiene consecuencias negativas a lo largo de toda la vida. Puede manifestarse en forma de angustia mental, síntomas de exteriorización y problemas de salud física.
Llamado a reconocer y prevenir el abuso verbal infantil
Jessica Bondy, fundadora de Words Matter, destacó la importancia de comprender la magnitud e impacto del abuso verbal en la infancia. Señaló que es necesario trabajar colectivamente para reconocer estas acciones y acabar con el abuso verbal infantil por parte de los adultos.
Cambio en el panorama del abuso infantil
El estudio también señala un potencial cambio en el abuso infantil, argumentando que mientras que el abuso físico o sexual ha disminuido según publicaciones anteriores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia del abuso emocional ha aumentado.
Además, reclamó coherencia en la definición del maltrato verbal infantil para poder medirlo adecuadamente e intervenir cuando sea necesario.
Recomendaciones para evitar el abuso verbal
El grupo Words Matter recomienda a los adultos evitar los gritos, insultos, menosprecios o apodos al hablar con menores. También insta a pensar antes de hablar y dedicar tiempo a reparar la relación con el niño después de haber dicho algo hiriente.