La frontera norte de México refleja la crisis humanitaria que vive ese país debido a una nueva oleada migratoria, lo cual ocasionó suspensiones de trenes de carga por accidentes con migrantes, protestas y enfrentamientos entre extranjeros y autoridades mexicanas y estadounidenses.
El problema se centra principalmente en la zona metropolitana de Juárez y El Paso, en el estado estadounidense de Texas. En ese lado del río Bravo ya se instaló un campamento con 500 migrantes.
Pérdidas millonarias y aumento en llegadas
Además, esta situación provocó pérdidas millonarias en cargamentos varados debido a la baja capacidad aduanera. Al mismo tiempo, con la llegada masiva de un mayor número de migrantes provenientes de Centroamérica y El Caribe, crece su convicción de que alcanzar el «sueño americano» es más fácil.
Acciones del gobierno mexicano
Este viernes 22 de septiembre, después de una reunión entre representantes del gobierno mexicano a nivel federal, estatal y municipal, vehículos pertenecientes al Instituto Nacional de Migración (INM) y a la Policía Municipal recorrieron el río Bravo para llevarse a aquellos migrantes que no presentaron un permiso legal para acreditar su estancia en el país.
Situación precaria para los migrantes
El gobierno mexicano no tiene una estimación precisa sobre cuántos migrantes hay en Ciudad Juárez debido a que cientos llegan sin registro cada día y se desconoce cuántos logran ingresar a Estados Unidos. Activistas señalan que los albergues están al máximo de su capacidad con casi 2.400 personas esperando una cita con las autoridades migratorias para regularizarse. Además, hay más de 5.000 personas viviendo en casas alquiladas, construcciones abandonadas y en la calle.
Necesidad de un programa o reforma
Ivonne López de Lara, coordinadora de Derechos Humanos de la Casa del Migrante, uno de los albergues que reciben a las personas en movimiento, indicó que siempre se habla de una crisis humanitaria porque «no estamos preparados para tener a tantos migrantes en esta frontera norte de México». Agregó que los tres niveles del gobierno deben plantear un programa o reforma para limitar estas situaciones ya que están perjudicando a la población de Ciudad Juárez. Los migrantes vienen por necesidad y no por gusto.
Aumento en cruces ilegales hacia Estados Unidos
De acuerdo con datos de la Patrulla Fronteriza, el número promedio de encuentros con personas cruzando ilegalmente hacia Estados Unidos aumentó un 31% en septiembre, con 23.500 más hasta ahora este mes. En agosto hubo 25.236 casos, lo cual equivale a un promedio diario de 814.
Culpa al gobierno estadounidense
El comisionado del INM, Francisco Garduño Yáñez, culpó al gobierno estadounidense por la crisis que ya está afectando tanto económicamente como socialmente esta frontera. «Nosotros no somos el problema; el problema son los Estados Unidos (…). Hay citas en la embajada y consulado estadounidenses programadas para dentro de dos años; es una burocracia peor que un elefante», expresó este viernes en Ciudad Juárez.
Preocupación del sector empresarial
El sector empresarial mostró preocupación debido a que durante esta semana se acumularon más de 500 millones de dólares varados en cargamentos sin poder ser exportados. Solo el viernes por la noche todavía había una fila de tráileres cargados de al menos 8 kilómetros de largo que pernoctaron a las afueras del cruce internacional Zaragoza-Ysleta para poder ingresar a El Paso, Texas.
Perspectiva industrial y testimonio migrante
«Creo que se debe trabajar en otros esquemas (…). Si les preguntas a las autoridades cuánta gente hay aquí, no sabemos. Es un gran problema tanto para ellos (los migrantes) como para nosotros, porque no sabemos cómo ayudarlos», dijo el vicepresidente nacional de Maquiladora y Franjas Fronterizas de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Thor Salayandía Lara.
Como Luis Alfredo Torres, muchos migrantes llegan a Ciudad Juárez en el norte de México. A él le tomó un mes y medio llegar desde Venezuela con su esposa e hijo. Explicó que una de sus razones fue los bajos salarios en su país natal: «Los abuelos que se quedaron allí reciben hoy 20 dólares como salario y eso no alcanza para nada».
Además mencionó: «Es comida o alquiler; trabajamos desde las 6 am hasta las 11 pm por solo 10 dólares». Torres y su familia saben que no pueden cruzar por las alambradas instaladas en el lado estadounidense del río Bravo en Texas. También fueron advertidos sobre tener que pasar días sin comida junto con sus hijos.
Fuente: EFE