Ciencia y tecnología Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial protege a ballenas y delfines del peligro en alta mar

Un grupo de personas participa en una vuelta en barco por el Mar Céltico, organizada para presentar un proyecto que utiliza la IA para proteger a los cetáceos en las costas de Irlanda. / EFE
Gracias a la inteligencia artificial, se ha desarrollado un sistema que detecta la presencia de ballenas y delfines en alta mar.

Las colisiones con barcos y el ruido causado por el motor de los buques son dos de las principales amenazas que enfrentan en alta mar los mamíferos cetáceos, como ballenas y delfines. La inteligencia artificial (IA) pretende protegerlos mediante sistemas de captación de sonido que detecten la presencia de estos animales y avisen a los navíos por dónde no deben navegar.

Las costas de Irlanda son el hábitat de hasta 25 especies de cetáceos y también es el lugar donde una ONG ambientalista local está llevando a cabo un proyecto que, gracias a la IA, fue capaz de crear un sistema que informa en tiempo real sobre las zonas donde hay ballenas o delfines. El objetivo es que las embarcaciones puedan evitarlos, gracias a una iniciativa que pretende llevar la tecnología a la primera línea de la conservación marina, según afirma Emer Keaveney, fundadora de la asociación ORCA, la ONG irlandesa que implementa el proyecto llamado Smart Whales Sound (Sonido Inteligente de Ballenas).

Tecnología innovadora para proteger a los cetáceos

«La IA está en auge en todo el mundo, pero este proyecto comenzó en 2020, mucho antes de que existiera ChatGPT. Lo realmente importante es que nos permite analizar muchos más datos, de manera mucho más eficiente», remarcó Keaveney durante una visita realizada por EFE a Baltimore, un pequeño pueblo pesquero al sur de Irlanda desde donde se ha lanzado este proyecto para proteger a los cetáceos.

El sistema de detección de sonido

Todo empezó con la instalación en el mar de una boya equipada con un micrófono acuático llamado hidrófono, capaz de detectar sonidos de ballenas a lo largo de una superficie de hasta 80 kilómetros cuadrados y una zona de 13 kilómetros cuadrados en el caso de los delfines.

Retos y mejoras del proyecto

El océano es un lugar «duro» para desarrollar un programa como este y uno de los retos es que los equipos sean más robustos y resistentes a las condiciones meteorológicas, señaló Kenneth Fredriksen, vicepresidente de Huawei en Europa, cuya empresa provee la tecnología. Otros deberes pendientes incluyen entrenar mejor los algoritmos utilizados en este sistema que detecta el sonido de cetáceos, para que la inteligencia artificial sea aún más precisa a la hora de evaluar y analizar los datos recopilados.

La importancia del compromiso corporativo

Sin embargo, para que las embarcaciones realmente eviten las zonas donde hay presencia de cetáceos, el proyecto Smart Whales Sound requiere la cooperación de sectores como el pesquero o el del transporte marítimo. Por ello, los ambientalistas apelan a la responsabilidad social corporativa de todos los actores implicados.

Ambiciones futuras del proyecto

«Queremos llegar a más colaboradores e inversores para poder ampliar este proyecto a escala nacional y crear una red de micrófonos controladores en el mar a lo largo toda la costa irlandesa», detalló Emer Keaveney. La fundadora se muestra ambiciosa ante el futuro de esta iniciativa, ahora limitada a una pequeña zona del Mar Céltico.

El impacto de la contaminación acústica

Para la fundadora de ORCA, el objetivo es proteger al máximo número posible de cetáceos de los riesgos provocados por la navegación de los barcos. Estas especies dependen en gran medida de los sonidos que emiten para comunicarse, ya sea para cazar o nadar. «La contaminación acústica los perturba y puede enmascarar su comunicación, desplazar a los animales de una zona determinada, causarles estrés crónico y, en el peor de los casos, provocar una reacción aguda que termine con un animal varado y muerto», advirtió Keaveney.

Sonido: clave para sobrevivir

La fundadora explica que los delfines pueden reconocerse por el sonido, ya que tienen silbidos propios que se asemejan al papel que juegan los nombres propios en el caso de los humanos. «A menudo, los delfines pueden tener compañeros o amistades durante muchos años», añadió. Además, las hembras preñadas cantan sus silbidos repetidamente para que el bebé en su vientre aprenda cómo suena y cuando nace, el resto de delfines se callan para que el bebé escuche la llamada de su madre. Así demuestra Keaveney lo importante que es el sonido tanto para humanos como para cetáceos como herramienta clave para sobrevivir.

Fuente: EFE


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