La sequía ha afectado gravemente a Bolivia, causando estragos en miles de familias y animales en diferentes regiones del país. Según el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Remmy Gonzales, hasta ahora se han registrado 27.808 familias afectadas en una superficie de 5.958 hectáreas.
El sector ganadero es el más perjudicado, con camélidos, ovinos y bovinos sufriendo problemas de estrés hídrico. El ministro Gonzales afirma que hay un preocupante total de «48.788 animalitos con problemas de estrés hídrico».
Situación alarmante en comunidades rurales
En las comunidades rurales la escasez de agua ha llevado a que los habitantes prioricen el consumo humano dejando a los animales en condiciones precarias. Gonzales enfatiza que «no hay suficiente agua para todos».
A pesar de los desafíos, el Gobierno boliviano está implementando medidas para abordar la crisis. El presidente Luis Arce instruyó trabajar en soluciones más sostenibles.
Inversiones para garantizar acceso al agua
El Ministerio de Desarrollo Rural destinó casi 516 millones de bolivianos en inversiones para garantizar el acceso al agua en todo el país.
El ministro Gonzales advierte que el momento más duro está por venir a partir de octubre si no llegan las lluvias. Se han perforado numerosos pozos de agua e invertido en sistemas de riego, kits de riego y maquinaria para hacer frente a la sequía.
Situación del abastecimiento de agua potable
En cuanto al abastecimiento de agua potable en las ciudades, Gonzales asegura que las grandes ciudades del país cuentan con reservas dentro de parámetros razonables, excepto Potosí. Hace un llamado a la población para hacer un uso apropiado del recurso, incluso bromeando sobre la importancia de reducir el consumo de agua en el baño.
La sequía en Bolivia es un desafío serio que requiere esfuerzos continuos por parte del Gobierno y la colaboración de la población para garantizar un suministro adecuado de agua tanto para las comunidades rurales como para las ciudades.