Un grupo de policías y guardias penitenciarios continúan retenidos dentro de la cárcel de la ciudad andina de Cuenca, en Ecuador. Desde el miércoles pasado, los presos están amotinados contra las intervenciones de las fuerzas estatales para desarmar a las bandas criminales que controlan internamente las prisiones.
Hasta el momento, ninguna autoridad ha precisado el número exacto de policías y guardias penitenciarios retenidos dentro de la cárcel de Turi, también conocida como prisión de Cuenca, capital de la provincia andina de Azuay, ubicada en el Sur de Ecuador.
Secretario señala retención en entrevista
El secretario de Seguridad Pública del Gobierno ecuatoriano, Wagner Bravo, señaló este jueves en una entrevista a la emisora FM Mundo que tanto policías como guardias penitenciarios se encuentran retenidos dentro del recinto carcelario.
En redes sociales se hizo viral un vídeo grabado presuntamente desde dentro de la cárcel donde los policías y guardias carcelarios retenidos hacen un llamamiento al Gobierno para encontrar una solución que permita su liberación.
Despliegue militar alrededor del centro penitenciario
Alrededor del centro penitenciario hay desplegados 400 militares y 200 policías que desde el miércoles permanecen sin ingresar al recinto.
Motín en Cuenca como protesta
El motín en la cárcel de Cuenca, oficialmente denominada como Centro de Privación de Libertad Número 1, se inició como protesta contra la intervención que la Policía y las Fuerzas Armadas realizaron el miércoles en la cárcel de Latacunga, provincia andina de Cotopaxi.
Operativo busca desarmar bandas criminales
El operativo en la prisión buscaba requisar armas en poder de los presos. Como resultado se incautaron 49 armas blancas, dos chalecos antibalas, munición, 85 dólares, trece galones (49.2 litros) de alcohol artesanal, 39 terminales móviles, cinco chips telefónicos y cuatro tarjetas micro SD adicionales.
Violencia carcelaria se extiende a las calles
Esta situación de violencia carcelaria también se ha trasladado a las calles. En cinco años, el país ha pasado de tener 5.8 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2017 a 25.32 en 2022, la cifra más alta en su historia.