Durante mucho tiempo, China se ha posicionado como uno de los motores más grandes del crecimiento mundial, pero en las últimas semanas su desaceleración económica alarmó a los líderes internacionales e inversores, quienes ya no cuentan con que sea un baluarte contra la debilidad de otros lugares.
Impacto de la desaceleración en países exportadores
A China le cuesta recuperar su impulso y son las empresas y países más expuestos a la segunda economía mundial los que están preocupados. Sin embargo, la preocupación de muchos es que si esta situación que atraviesa el país asiático podría extenderse a nivel global.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), cada punto porcentual de crecimiento en China genera un 0,3% de crecimiento en el resto del mundo. Si este motor se detiene, el mundo entero se verá afectado.
Caída en precios y ralentización de compras en China
Para al menos cuarenta países exportadores, el mercado chino es clave. Por ejemplo, las exportaciones de Zambia a China representan casi el 20% del producto interno bruto (PIB) de este gran productor de cobre del sur de África. Desde principios de año, el valor de las exportaciones asiáticas y africanas hacia China ha caído un 14%.
Por otra parte, China consume tres quintas partes del hierro producido a nivel mundial, la mitad del cobre, zinc y níquel; además absorbe cantidades astronómicas de petróleo (siendo el segundo consumidor después de EE.UU.).
Analistas explicaron que cuando la construcción se ralentiza, la necesidad de estas materias primas disminuye. Por consiguiente, si la gran magnitud de compras chinas disminuye será un mal negocio para los países productores.
Futuro incierto y tendencia deflacionista en China
La caída más llamativa se evidenció en el precio de la carne de cerdo, uno de los productos más consumidos en China, con un descenso interanual del 26%. Asimismo, en julio los precios cayeron un 0,3% y las compras se ralentizaron, especialmente en grandes compras como casas, electrodomésticos, coches y joyas.
Esto supone un futuro incierto para los chinos, quienes aplazan sus compras apostando por una nueva caída de los precios, lo que agrava la tendencia deflacionista.
Desaceleración selectiva: menos riesgo de crisis mundial
Sin embargo, la desaceleración de China está teniendo un impacto muy selectivo en determinados países y sectores. Esto significa pocas posibilidades de provocar una crisis mundial en comparación con el año 2008 cuando la crisis que estalló en el mercado inmobiliario estadounidense se propagó a Europa a través de los mercados financieros.
Este fenómeno se produjo según los analistas, porque los mercados estadounidenses estaban muy bien conectados con los mercados europeos. Sin embargo, eso no ocurre con China ya que no tiene una sólida conexión con todos los mercados del mundo.