Estados Unidos, Japón y Corea del Sur fortalecieron sus lazos y colaboraron en una serie de áreas clave. El evento tuvo lugar en la residencia presidencial estadounidense de Camp David, donde los líderes de estos tres países se reunieron para inaugurar una nueva era de cooperación trilateral.
Durante esta cumbre histórica, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió a sus homólogos japonés y surcoreano, Fumio Kishida y Yoon Suk-yeol respectivamente.
En esta reunión sin precedentes a tres bandas, los mandatarios buscaron fortalecer sus relaciones y definir un camino conjunto hacia el futuro.
«Nos reunimos en un lugar histórico para cerrar un momento histórico», expresó Biden durante la rueda de prensa conjunta que marcó el cierre de la cumbre.
Camp David, conocido por ser el escenario de decisiones trascendentales en la historia, sirvió como telón de fondo para este encuentro crucial.
Durante la cumbre, los líderes establecieron los «principios de Camp David», sentando las bases para ampliar la cooperación trilateral y promover objetivos comunes en la región del Indopacífico y más allá.
Acordaron trabajar juntos para fortalecer sus economías, promover resiliencia y prosperidad, apoyar un orden internacional basado en el estado de derecho y reforzar la paz y seguridad tanto regional como globalmente.
La promoción de democracia y protección de derechos humanos fue otro tema destacado en esta cumbre. Además, coincidieron en la importancia de contar con una línea directa y rápida entre ellos para coordinar respuestas y acciones conjuntas ante desafíos y amenazas.
Uno de los temas centrales fue el comportamiento de Pekín en el mar de la China meridional, calificado como «peligroso» y «agresivo». Los líderes reafirmaron la necesidad de mantener la paz y estabilidad en esa zona crucial para el comercio internacional.
También abordaron el tema de Corea del Norte, comprometiéndose a su completa desnuclearización. Además, acordaron crear un grupo de trabajo para enfrentar ataques cibernéticos provenientes de este país.
En términos económicos, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur colaboran en reforzar la resiliencia de las cadenas de suministro, especialmente en áreas como baterías y semiconductores. Mirando hacia el futuro, se comprometieron a establecer sistemas de alerta ante posibles interrupciones en estas cadenas.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, señaló que este nuevo capítulo de «amistad y unión» debería marcar el inicio de «una nueva era» en las relaciones entre estas naciones, lo que sin duda tendrá un impacto en la región y más allá.