La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta la habilidad de una persona para leer, escribir y comprender el lenguaje, a pesar de tener una inteligencia dentro de la media o por encima de ella. No se trata de falta de inteligencia, sino más bien de dificultades específicas en el procesamiento del lenguaje.
Según James Robles, director de Psicología en la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), un enfoque educativo personalizado y técnicas adaptadas a las necesidades individuales pueden marcar la diferencia en el progreso académico y emocional de las personas con dislexia. «La clave para ayudar a un alumno con dislexia es la empatía, flexibilidad y adaptación de las prácticas educativas», asegura Robles.
Condición neurológica genética
Es importante tener en cuenta que la dislexia es una condición neurológica genética que puede afectar a personas de todas las edades, géneros y culturas. Aunque su causa radica en factores genéticos que afectan el procesamiento del lenguaje en el cerebro, su expresión y severidad pueden estar influenciadas por el entorno y las experiencias educativas.
Síntomas característicos
Entre los síntomas característicos se encuentran: dificultad para leer (confundir letras o cambiar el orden), dificultad para escribir (errores ortográficos frecuentes o invertir letras), dificultad para recordar secuencias (como el abecedario), dificultad para seguir instrucciones verbales y dificultad para comprender lo que leen.
Tipos de dislexia y ejercicios recomendados
Existen cinco tipos de dislexia, según Robles: fonológica (dificultades en reconocer y manipular los sonidos del habla), superficial (dificultades en reconocer palabras como un todo), profunda o de salida (dificultades para escribir palabras y deletrear correctamente), visual (dificultades específicas en el procesamiento visual) y auditiva (dificultades para procesar los sonidos del habla).
Para ayudar a las personas con dislexia, se recomiendan ejercicios como entrenamiento de correspondencia grafema-fonema, lectura guiada y repetitiva de textos específicos, lectura en voz alta, ejercicios de comprensión lectora, uso de tecnología asistiva y la incorporación de múltiples sentidos en los ejercicios de aprendizaje.
Controlando la dislexia con apoyo adecuado
Es importante destacar que la dislexia no puede curarse, pero puede ser controlada y manejada eficazmente con el apoyo adecuado. Esto permite que las personas afectadas puedan alcanzar su potencial académico y llevar una vida plena y satisfactoria.