La Sala Constitucional Cuarta de La Paz rechazó la acción de Amparo Constitucional presentada por Amparo Carvajal, presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), el martes 13 de junio.
El vocal Rubén Ramírez dictaminó que no se puede dilucidar qué presidente es legítimo con la exhortación realizada y que no pueden conceder el recurso, por lo que denegó la acción.
Después del fallo, Carvajal cuestionó a la justicia y advirtió que continuaría con su vigilia hasta recuperar las instalaciones de Apdhb.
«A mí me ofende que, una persona que ha sido fundadora de esta asamblea, me pongan al mismo nivel que la otra persona (Édgar Salazar). Lo que ellos han dicho es que me entienda con él, con los violadores. Yo les aviso que yo voy a continuar en la vigilia y que vamos a seguir trabajando aquí», declaró Carvajal a la ANF.
La semana pasada, el tribunal judicial admitió el Amparo Constitucional contra Édgar Salazar, dirigente afín al Gobierno y principal responsable del avasallamiento a las oficinas el viernes 2 de junio.
Ayer se realizó la audiencia en la que ambas partes aseguraron ser titulares del inmueble y mostraron documentos para respaldarse como presidente de Derechos Humanos.
Una vocal sugirió acudir al Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (Sifde) del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para resolver el conflicto y definir la titularidad.
Sin embargo, Carvajal rechazó el pedido de acercarse al dirigente del Movimiento Al Socialismo (MAS) y lamentó esa postura de la justicia, que no tomó en cuenta todas las pruebas presentadas en la audiencia.
Además, el vocal Ramírez exhortó a la activista a levantar su vigilia considerando su avanzada edad y estado de salud. No obstante, Carvajal rechazó la solicitud.
Por su parte, Salazar declaró hace unos días que tenía toda la documentación en orden para ingresar al lugar el 2 de junio; sin embargo, no respondió si tenía una orden judicial para ingresar.
También acusó a Carvajal sin pruebas de lavado de dinero en la institución y aseguró que las víctimas de Senkata y Sacaba respaldaron y ayudaron en la toma. No obstante, estas personas desmintieron esas afirmaciones y pidieron que no se utilice su lucha para otros fines.
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