Expertos de la SHA Wellness Clinic aseguraron que ducharse con agua fría tiene múltiples beneficios para la salud física y mental.
Según estudios, esta práctica mejora la circulación sanguínea, tonifica la piel y fortalece el sistema inmunológico. Además, ayuda a combatir la retención de líquidos, alivia la inflamación muscular y previene la aparición de celulitis y varices.
En una entrevista con Vogue, los expertos recomendaron dividir los 11 a 15 minutos semanales en pequeñas sesiones diarias de aproximadamente 2 minutos cada una.
Para acostumbrarse al agua fría, sugieren comenzar con duchas cortas de 30 segundos durante los primeros días e ir aumentando gradualmente hasta llegar a los 10 o 15 minutos.
Además, señalaron que es importante tener una buena respiración nasal durante el baño para favorecer la relajación y evitar respuestas desagradables del cuerpo. La respiración debe ser larga en comparación con las respiraciones cotidianas.
En conclusión, ducharse con agua fría puede ser un hábito saludable que mejora tanto el bienestar físico como mental si se realiza adecuadamente siguiendo estas recomendaciones.