Los británicos iniciaron este miércoles su adiós a Isabel II, quien fue su reina durante 70 años, con emoción contenida y llanto despidieron a la monarca, en una capilla ardiente que permanecerá abierta en Londres hasta su funeral a realizarse el lunes.
Varios durmieron hasta dos noches en la calle, pese al frío y la lluvia, como Anne Daley, de 65 años, segunda de una larga cola.
«Renuncié a dos noches de comodidad por alguien que dio 70 años de compromiso infatigable al mundo, no es nada», manifestó a los medios de comunicación.
Tras la larga espera, pasaron apenas unos segundos frente al féretro de la reina, cubierto por el estandarte real y la corona imperial, en Westminster Hall, la parte más antigua del Parlamento británico.
«En el interior, todo era muy tranquilo y muy emotivo. Mucha gente lloraba, pero había un silencio total. Fue tan respetuoso…», señaló Sue Harvey de 50 años que se tomó el día libre y viajó en tren desde el Sur de Inglaterra.
Por cinco días, cientos de miles de personas, hasta 750.000 según la prensa, pasarán por una capilla ardiente abierta casi ininterrumpidamente hasta la madrugada del 19 de septiembre, día en que tendrá lugar el funeral de Estado en la Abadía de Westminster y el entierro en la capilla Jorge VI del Castillo de Windsor.
El Gobierno británico avisó de que podrían tener que esperar 30 horas, en una fila de hasta diez kilómetros que transcurre por el centro de la ciudad a lo largo del río Támesis.
La monarca falleció el pasado jueves, con 96 años, cuando pasaba el final del verano, como era su costumbre, en su residencia escocesa de Balmoral, por lo que los primeros homenajes se realizaron allí a principios de semana.
Cubrieron su ataúd con un estandarte real, una corona de flores blancas y la impresionante corona imperial, ornada con diamantes y piedras preciosas, fue llevado por el centro de Londres en un afuste tirado por caballos.
Este avanzó durante 40 minutos, acompañado a pie por el rey Carlos III de 73 años, y sus hermanos Ana (72), Andrés (62) y Eduardo (58). Los hijos del monarca, Guillermo y Enrique, caminaban juntos, detrás de ellos.
Durante la procesión, cada minuto se disparó una salva de cañón desde Hyde Park y sonó la imponente campana del Big Ben en homenaje a la soberana más longeva.
«Es un acontecimiento histórico y ya que hemos tenido la oportunidad de venir a Londres, qué mejor que ver todo esto», aseguró una turista, según informó AFP.
FUNERAL DEL SIGLO
Más de 100 dignatarios extranjeros y otras personalidades asistirán el lunes al «funeral del siglo», entre ellos, el Presidente estadounidense Joe Biden; el rey Felipe VI de España y su padre el rey emérito Juan Carlos I. También confirmaron su presencia el Presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y representantes de varios países latinoamericanos.
Sin embargo, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro y Nicaragua, Daniel Ortega, Vladimir Putin no fueron invitados, precisó una fuente gubernamental a la agencia británica Press Association.
El entierro de la soberana que vio pasar a 15 primeros ministros, tendrá lugar el mismo día en Windsor en una ceremonia privada en el castillo de Windsor, confirmando el fin de una era.
Entretanto, su hijo Carlos III se instala poco a poco en el poder, con una aparente mejora de su baja popularidad.
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