El Paris Saint Germain vuelve a ser uno de los equipos temidos de Europa. Cuando todo parecía desmoronarse con la pérdida de Mbappé, el equipo parisino no sólo ha conseguido ganar una batalla al Real Madrid por el astro francés, sino que además ha aprovechado este mercado veraniego para seguir reforzándose y también para ilusionar de nuevo al aficionado con jugadores que el año pasado no pudieron estar a la altura por diversos problemas.
Uno de ellos fue Lionel Messi, que llegó al PSG en agosto del año pasado y se puso a las órdenes de Pochettino casi sin asimilar lo que estaba viviendo tras una semana de locos mientras negociaba una salida abrupta del Barcelona. El argentino fue recibido por todo lo alto en la capital de Francia, pero apenas pudo hacer una pretemporada a la altura de lo que se le pide a un astro. Ahora Messi muestra otros síntomas y mucho mejor cara. En los dos partidos oficiales que lleva con el PSG (Supercopa y Ligue 1) suma tres goles y una asistencia y ya ha levantado al aficionado con un gol de chilena este pasado fin de semana.
Estas estadísticas llegan gracias a un plan de pretemporada que este año sí ha podido seguir, pero también por el cambio de sistema, que se amolda mejor al argentino. Galtier ha apuntalado la defensa nada más llegar con un dibujo 5-3-2. Este esquema libera al argentino en labores defensivas y también permite la entrada de Ramos.
El exmadridista es otro de los traspasos estrella del año pasado que tampoco terminó de cuajar. En su caso por culpa de las lesiones. De hecho, el PSG llegó a filtrar que había tensión con el defensa por las lesiones y este verano ha habido amagos de dejarle salir si llegaba una buena oferta. Y ahora el defensor parece haber recuperado el físico y por ahora es recompensado con la titularidad junto a los intocables Kimpembe y Marquinhos.
Y si Messi y Ramos están alegres, Neymar no puede ser menos. El rendimiento del brasileño está directamente conectado a su estado emocional y de nuevo parece feliz. Además, ha llegado más fino de las vacaciones y vuelve a ser uno de los líderes del PSG con tres goles y tres asistencias en los dos partidos disputados.
El PSG ha comenzado esta temporada con buena cara y eso que todavía no ha aparecido Mbappé, que arrastra problemas en los abductores y Galtier ha preferido no arriesgar tan pronto con él al ver que todo va sobre ruedas.
Pero la directiva parisina no se queda ahí. Sabe que esta temporada debe más que nunca la Champions League a su público. Esa eterna promesa se hace insalvable según pasan los años y más ahora que ha conseguido retener a Mbappé a cambio de convertirse en un gran club de Europa. Por ello, Luis Campos trabaja en una o dos piezas más para hacer encajar el gran proyecto. Y también habrá abandonos. El primero debería ser el de Paredes a la Juventus, que se acelerará si al final el Manchester United se hace con los servicios de Rabiot.
