Un fragmento de lo que se suele llamar “ADN basura” podría ser clave para suprimir los recuerdos relacionados con el miedo en personas que padecen del trastorno de estrés postraumático y de fobias, según una investigación internacional, dirigida por el Instituto del Cerebro de Queensland.
Los expertos identificaron en ratones un gen previamente desconocido que controla la respuesta del genoma a las experiencias traumáticas, encontrando uno de los tramos del material génico que no funcionaba, reportó el portal web de la Universidad de Queensland en Australia).
El profesor asociado, Timothy Bredy, quien dirigió ese estudio, recordó que antes se pensaba que la mayoría de los genes estaban compuestos de ADN basura.
«Cuando los investigadores comenzaron a explorar estas regiones, se dieron cuenta de que la mayor parte del genoma está activa y transcrita», manifestó.
Codificación de proteínas
La secuenciación genómica por medio de una nueva técnica permitió al equipo identificar 433 ácidos ribonucleicos (ARN) largos, los cuales no eran codificantes en regiones poco estudiadas.
Las moléculas no codifican ninguna proteína; sin embargo, tienen otras funcionalidades y, en particular, una de estas moléculas de ARN identificadas fue un gen al que denominaron Adram, el que conduce a unas proteínas especiales que expresan el gen ya conocido Nr4a2, cuya función es suprimir la memoria del miedo adquirido.
La relación entre el miedo y los genes se puso a prueba en un modelo animal, en el que los ratones recibieron un estímulo eléctrico que no les causaba dolor, pero sí molestias, según explicaron los autores del experimento en la revista Cell Reports el 22 de marzo.
Luego de un entrenamiento, la señal de luz o de sonido que acompañaba la descarga, se asoció en el cerebro de los roedores con esta situación molesta que les causaba la electricidad.
Cerebros y el miedo
Bredy considera que el Adram funcionaba en este modelo como un puente que vincula las señales ambientales dinámicas “con los mecanismos que controlan la forma en que nuestros cerebros responden al miedo».
La nueva comprensión del papel de un gen que parecía ser inútil, abre el camino a los genetistas para desarrollar herramientas que señalen en el cerebro, ARN largo no codificante que modifica directamente la memoria.
En caso de lograr aplicar correctamente las herramientas, se puede desarrollar una nueva terapia para el trastorno de estrés postraumático y las fobias.
/JDLF /