La producción de pan de batalla en la Sede de Gobierno se detuvo, mediante un ampliado realizado la jornada precedente, la Federación de Panificadores Artesanos de La Paz determinó también un plazo de 15 días al Gobierno para que agilice la importación de harina.
Una de las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania fue el encarecimiento del trigo a nivel mundial, esto provocó la subida del precio de la harina no solo en Bolivia, también en varios otros países de la región; desde hace dos semanas el quintal de harina pasó de costar Bs. 170 a Bs. 280, según informó El Deber.
“No podemos seguir más. El ampliado decidió suspender la producción del pan de batalla”, informó el máximo dirigente de este sector, Dandy Mallea.
Los panificadores aprobaron la decisión mediante un voto resolutivo que señala: “se determina la no preparación del pan de batalla (marraqueta) por tener un costo altísimo para su elaboración con una buena harina que es la importada y se viabilice su repartición directamente al sector panificador”.
En otro de los puntos del documento los panificadores exigieron al Gobierno que retome la importación de harina, además de especificar que el producto sea entregado directamente a los productores de pan.
Mallea también aclaró que este problema se veía venir incluso antes del conflicto entre ambos países europeos, es por eso que desde el año pasado los panificadores hicieron gestiones para que el Gobierno facilite la importación de harina mediante el Ministerio de Desarrollo Productivo.
En el voto resolutivo se especificó que se “da un plazo no mayor de 15 días a las autoridades que corresponda” para que resuelvan esta situación. Y se aclaró que solo “se prepararán panes surtidos que no perjudiquen nuestra estructura de costos”.
Por su parte, el Gobierno anunció para el miércoles una reunión con los dirigentes del sector afines a su administración, con el fin de avaluar el abastecimiento de harina y pan en el mercado interno.
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