Los vuelos desde el extranjero hasta Shanghái fueron suspendidos hasta el 1 de mayo, las autoridades también instaron a la población a quedarse en casa y reducir sus viajes; las medidas se tomaron después de que la Comisión de Salud de China reportó más de 5.500 nuevos casos en China continental el pasado 14 de marzo.
Desde el centro tecnológico e industrial de Shenzhen y Dongguan, en el Sudeste de China, hasta la provincia de Jilin, las autoridades del país solicitaron a casi 100 millones de chinos que se queden en sus casas, salvo para adquirir productos de primera necesidad, según informó Radio Francia Internacional.
El repunte de coronavirus, la variante ómicron específicamente, provocó también la paralización de actividades de los aviones en Shanghái; los casos positivos del virus mostraron un incremento paulatino los últimos días.
Procurando reducir el desplazamiento de personas, las autoridades sanitarias anunciaron que los ciudadanos que salgan de sus urbes deberán someterse a un periodo de cuarentena domiciliaria de 14 días a su regreso; también se determinó que los billetes de tren sean reembolsables gratuitamente en todo el territorio nacional.
En Shenzhen se suspendieron las líneas de autobús y del metro, en Shanghái se cerraron las guarderías y jardines para niños, la educación para el nivel primario volvió a ser virtual, en Pekín todas las actividades extraescolares se suspendieron desde el lunes precedente.
Mediante una estrategia contra el coronavirus denominada “dinámica”, el país busca evitar las medidas de confinamiento totales que se aplicaron en el inicio de la pandemia, epidemiólogos de la Universidad de Lanzhou sugieren que las determinaciones permitirán controlar el rebrote hasta principios de abril.
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