En la mañana del jueves anterior, Evo Morales participó activamente del Anata Andino, actividad que se realizó en la ciudad de Oruro y estaba ataviado con la vestimenta de su pueblo, Orinoca; sin embargo, se pudo apreciar al menos a cinco personas con características de policías y militares que acompañaban y protegían al líder del partido oficialista.
Estos guardaespaldas que lo protegen durante sus apariciones públicas, fueron identificados luego de que el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo anunciara que se dispondrá seguridad para la exautoridad.
Asimismo, la noche del jueves reciente, Morales estuvo en el aniversario de las seis federaciones de cocaleros junto con el Presidente, Luis Arce, y sus guardaespaldas permanecían cerca.
“Denunciamos que estamos siendo perseguidos, espiados y sometidos a un permanente seguimiento. Estamos investigando si estas acciones ilegales vienen de la derecha o embajada de EEUU. Nuestro Gobierno debe controlar a estos grupos y garantizar la seguridad del pueblo”, fue lo que manifestó Morales el 6 de febrero, luego que se lo acusó sobre tener vínculos con el narcotráfico.
Posteriormente, el ministro Del Castillo, ofreció una conferencia de prensa en la cual aseguró que se dispondría de seguridad para el exmandatario, tomando en cuenta el reclamo que realizó. En ese entonces no detalló qué tipo de seguridad brindarían y quiénes la integrarían.
La jornada anterior, en el trópico de Cochabamba se celebró el trigésimo primer aniversario de las seis federaciones de cocaleros al cual asistieron tanto Morales como Luis Arce. El líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), llegó mucho antes que lo hiciera su sucesor y llegó seguido de al menos tres personas que le abrían paso y se mantenían a distancia.
Morales estuvo bajo vigilancia constante de las tres personas, quienes no permitían que se acerquen sus propios militantes.
Hasta antes del 7 de febrero, Morales se rodeaba a cada momento, durante los actos masivos, con sus adeptos, quienes le pedían fotos, principalmente. El reciente jueves la situación fue diferente ya que nadie podía acercarse al jefe del MAS.
/MDCB