El conflicto entre Rusia y Ucrania ha sacudido al deporte, y en especial, al fútbol. San Petersburgo era la sede elegida para albergar la final de la Champions League el 28 de mayo, pero los últimos acontecimientos han obligado a la UEFA a cambiar de planes. Por eso París será la que finalmente alberge el gran evento.
Tres países aparecían como grandes favoritos para recibir la final. España, Alemania, Inglaterra y Francia eran los candidatos, pero la UEFA se ha decidido por la capital del país galo. En este momento, Francia es el que menos clubes tiene compitiendo en la Liga de Campeones (PSG y Lille), por lo que el Stade de France tenía más opciones de ser considerado sede neutral.
Wembley fue otro de los nombres que sonó con fuerza, pero acabó siendo descartado porque en las mismas fechas organiza la fase final del ascenso a la Premier League. En el caso de las sedes españolas su elección se antojaba difícil de escoger al tener a tres equipos todavía compitiendo, aunque parece que la iniciativa del presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha sido determinante en la elección.
En el comunicado oficial emitido este viernes, el máximo organismo del fútbol europeo ha querido ofrecer «su agradecimiento y reconocimiento al presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, su apoyo personal y su compromiso para que el partido más prestigioso del fútbol europeo de clubes se traslade a Francia en un momento de crisis sin precedentes».
El Comité Ejecutivo de la UEFA también ha aprovechado su reunión extraordinaria para decidir qué hacer con los partidos de las selecciones rusas y ucranianas. Finalmente, la institución presidida por Aleksander Ceferin ha determinado que todos los encuentros se disputen en una sede neutral.
