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Transportistas bolivianos sin agua y sin alimentos al alcance

Algunos transportistas instaron una pequeña cocina para sobrevivir / LA PATRIA
Una fila de camiones parados desde el Complejo Fronterizo de Colchane (frontera con Chile), hasta la localidad de Pagador (Bolivia) se visibiliza desde muy lejos en un trayecto de aproximadamente diez kilómetros.

Una fila de camiones parados desde el Complejo Fronterizo de Colchane (frontera con Chile), hasta la localidad de Pagador (Bolivia) se visibiliza desde muy lejos en un trayecto de aproximadamente diez kilómetros.

Desde lejos solo se observa una interminable fila de camiones de todos los colores posibles, pero de cerca muestra el cansancio de cientos de transportistas bolivianos que, a diario, caminan varios kilómetros por agua, pan o comida.

HISTORIAS

Algunos sectores cercanos a la Aduana o la frontera chilena, tienen a disposición comida, servicios sanitarios y hasta lugares de descanso, no siempre accesibles para el transportista, pero hay. Sin embargo, algunos kilómetros más al lado boliviano, varios conductores se encuentran en medio de la nada.

“Tenemos personas que se están enfermando por las inclemencias del tiempo, el frío la lluvia y aparte de eso no hay servicios básicos o personas que vengan a vendernos comida, estamos abandonados”.

COCINA EN CARRETERA

A plan de arroz con huevo, los conductores esperan varios días para cruzar a Chile / LA PATRIA

Según cuentan los transportistas, algunos días una persona lleva alimentos en un carrito, sin embargo, no siempre alcanza.

Ante la dificultad de conseguir comida preparada, algunos hacen el esfuerzo de caminar kilómetros para comprar insumos crudos y cocinar, como don Diego Condori, quien junto a tres transportistas unieron esfuerzos e instalaron una pequeña cocina en plena carretera.

“Yo soy paceño, pero ahora vengo de Santa Cruz con la carga ya estoy cuatro días esperando y estamos con tres compañeros más. Hay que ir lejos o rogarse para traer algunos alimentos. Estamos con mucho frío y hay días que llueve también. Así es el trabajo para ganarse un poco de dinero”, contó.

Una cocina de dos hornallas y una garrafa casi vacía, instaladas al lado de un camión y en la carretera, fueron el “salvavidas” de estos conductores que desde que llegaron, mantienen un menú de arroz con huevo, además de cebolla y un poco de tomate para sobrellevar el sol, frío o incluso la lluvia. Sin embargo, de agua les quedaba muy poco.

Los transportistas tienen la esperanza de recibir ayuda de las autoridades nacionales, pero principalmente de que la pandemia deje de ser tan dura con la humanidad, como lo demostró desde el 2020, cuando llegó el virus a este continente.


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