Un equipo de investigadores chinos construyó una máquina «fiscal» que utiliza inteligencia artificial para formular cargos criminales con un 97 por ciento de precisión después de recibir una descripción verbal de los hechos.
Esta máquina fue programada a base de información compilada de más de 17 mil casos registrados entre 2015 y 2020, es capaz de presentar cargos correctamente por los ocho delitos más comunes de Shanghái, incluido fraude con tarjetas de crédito, robo, así como «buscar peleas y provocar problemas».
Asimismo, en un estudio revisado por pares que cita South China Morning Post y que fue publicado este mes en la revista nacional Management Review, los investigadores aseguran que la tecnología podría reducir la carga de trabajo diaria de los fiscales, permitiéndoles así concentrarse en tareas más difíciles.
«El sistema puede reemplazar a los fiscales en el proceso de toma de decisiones hasta cierto punto», señaló el autor principal del estudio y director del laboratorio de gestión de conocimiento y “big data” de la Academia de Ciencias de China, Shi Yong.
Dicho sistema, el cual identifica y presenta cargos contra un sospechoso basándose en mil «rasgos» obtenidos del texto de descripción del caso, puede ejecutarse incluso en una computadora de escritorio.
Según Yong, el texto que analiza la máquina suele ser demasiado pequeño o abstracto para que tenga sentido para la gente.
Yong y su equipo puntualizaron que esta tecnología pronto podría obtener actualizaciones, volviéndose suficientemente potente como para reconocer delitos menos comunes y presentar múltiples cargos contra un sospechoso.
«POSIBILIDADES DE ERROR»
Los investigadores también admitieron que todas las herramientas de inteligencia artificial existentes son limitadas, ya que «no participan en el proceso de toma de decisiones para presentar cargos y (sugerir) sentencias».
Un fiscal anónimo declaró al South China Morning Post que, aunque la precisión del 97 por ciento puede ser alta desde un punto de vista tecnológico, siempre habrá una posibilidad de error.
Esto explica que mucha gente se muestre reacia a permitir que la inteligencia artificial aumente su presencia en la toma de decisiones. «¿Quién asumirá la responsabilidad cuando suceda (un error)? ¿El fiscal, la máquina o el diseñador del algoritmo?», cuestionó finalmente el fiscal.
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