Acoger con los “corazones y manos solidarias” a la marcha indígena, es lo que pidió en su sermón dominical el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, además solicitó a las autoridades escuchar las demandas del sector, que desde hace 26 día se encuentra caminando, exigiendo que se frené la invasión y el despojo de sus tierras.
“El Señor nos llama a acoger a los hermanos y hermanas indígenas, mayores, niños, mujeres y ancianos, que desde varios días están marchando hacia nuestra ciudad”, dijo el líder religioso.
El prelado aseveró que, cuando acogemos a uno de los hermanos marginados y lo servimos en nombre de Dios, no estamos haciendo un don, sino que recibimos a Jesucristo mismo, el don más grande.
“Que encuentren nuestros corazones abiertos y manos solidarias, que no les falte una ayuda humanitaria y sanitaria, y que sean escuchados por las autoridades en sus justas demandas en defensa de su tierra y territorio”, señaló el monseñor.
Afirmó que la cercanía de Dios no se mide por el metro del poder, la investidura o el cargo, sino por el de la acogida de los pobres, la ayuda a los débiles, la solidaridad y la atención a las heridas de los humillados.
El 25 de agosto, indígenas del oriente boliviano iniciaron una marcha desde el departamento de Beni hasta la ciudad de Santa Cruz. Este sector exige que se ponga freno al ingreso ilegal de sus tierras, que, según ellos, están siendo ocupadas por sectores afines al Gobierno, como los llamados interculturales.
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