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Actividades públicas y privadas quedan suspendidas el lunes 21 de junio por Año Nuevo Aymara

Año Nuevo Aymara, el recibimiento del sol / LA PATRIA
A través de un comunicado, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social anunció a toda la población boliviana que el día lunes 21 de junio, todas las actividades públicas y privadas quedaron suspendidas con motivo de recordar el Año Nuevo Aymara Amazónico 5.529 en el país.

A través de un comunicado, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social anunció a toda la población boliviana que el día lunes 21 de junio, las actividades públicas y privadas quedarán suspendidas con motivo de recordar el Año Nuevo Aymara Amazónico 5.529 en el país.

El Decreto Supremo Nº 2750 del 1 de mayo de 2016, establece que cada 21 de junio será declarado como feriado en todo el territorio nacional.

De acuerdo al comunicado que emitió el Ministerio de Trabajo, la determinación debe ser cumplida con obligatoriedad y conforme al párrafo Nº 1 del artículo 48 de la Constitución Política del Estado.

AÑO NUEVO AYMARA

El Año Nuevo Aymara o Año Nuevo Andino Amazónico es un acontecimiento ancestral en el que se celebra el resurgimiento del sol.

Asimismo, la fecha marca el final de la temporada de cosecha y el inicio de un nuevo ciclo agrícola.

Durante la noche del 20 de junio, la población llamada por los sabios yatiris y los sacerdotes aymaras, se reúnen para despedirse del año pasado y acoger el año que llega.

Una mesa de ofrenda es presentada al Tata Inti, (Dios Sol) y a la Pachamama (Madre Tierra) con hojas de coca, alcohol, dulces y otros elementos necesarios para el ritual.

TIAHUANACU

Tiahuanacu, un sitio arqueológico que sobrevivió al tiempo y a las invasiones, en ese mismo lugar se realiza una ceremonia de manera pública, durante toda la noche hasta el amanecer.

Los primeros rayos del sol pasan a través del arco de la «Puerta del Sol», y se reflejan en diferentes lugares específicos, previstos por los arquitectos de este lugar sagrado, hace más de mil años.

El año nuevo Aymara no solamente se festeja en Tiahuanacu, sino en toda la región andina de Bolivia.

En algunas comunidades, los representantes religiosos sacrifican una llama, cuya sangre es la ofrenda suprema, garantizando la prosperidad, la fertilidad del suelo y la continuidad, gracias al sol que hace crecer a las semillas plantadas en ese momento del año.

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