En Santa María Zacatepec, a unos 119 kilómetros de la Ciudad de México, una familia fue sorprendida la tarde del sábado por un fuerte estruendo, descubrieron que a unos metros de su casa la tierra se había hundido.
El domingo, el agujero tenía unos 30 metros de diámetro, el lunes se amplió a 60 y este martes 1 de junio las autoridades calculaban que había alcanzado 80 metros.
El hundimiento está a punto de llegar a la vivienda de la familia Sánchez, que habita en la zona desde 2014.
El socavón está relleno de agua, rodeado por campos verdes y acordonado por las autoridades.
“Nos tocó esto, nos quedamos en la calle. No tenemos nada. Nosotros no somos de acá, tampoco tenemos familiares, estamos solos”, relató a la prensa Heriberto Sánchez, originario de Veracruz.
Científicos y autoridades intentan determinar el origen del gigantesco agujero, entre hipótesis sobre una falla geológica o variaciones hídricas del suelo.
“Estuvimos viendo desprendimiento mediante el sobrevuelo de drones, es un fenómeno de la naturaleza, seguramente se seguirán dando desprendimientos”, dijo este martes a la prensa la secretaria de Gobernación de Puebla, Ana Lucía Gil.
A medida que el socavón crece, grandes fragmentos de tierra del borde se desprenden de manera continua, lo que ahuyenta a los curiosos que se aproximan al cordón de seguridad que fue establecido en el lugar.
En un video difundido por redes sociales, dos hombres se acercaron a observar el agujero poco antes de que se agrandara, lo que los obligó a correr para ponerse a salvo.
“Crecerá hasta que la naturaleza lo defina, cuando el agua deje de ejercer presión (…) lo importante ahora es la seguridad de las personas”, señaló el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa y añadir que las autoridades indemnizarán a los afectados.