Bolivia

Madre de víctima de feminicidio se crucifica tras conocer que el culpable fugó

Mujer se crucifica en protesta por fuga del asesino de su hija / Opinión
Una madre se crucificó en las rejas de ingreso al Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de Cochabamba, tras conocer este viernes que Alejandro O. A., quien fue sentenciado como culpable del feminicidio de su hija María C. R., se dio a la fuga.

Una madre se crucificó en las rejas de ingreso al Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de Cochabamba, tras conocer este viernes que Alejandro O. A., quien fue sentenciado como culpable del feminicidio de su hija María C. R., se dio a la fuga.

La medida extrema tomada por Pilar Reyes madre de la víctima, se evidenció después de confirmarse la fuga de Alejandro, quien salió de la cárcel tras emitirse una resolución de cesación de la detención preventiva.

Alejandro O. A., fue sentenciado a 30 años de cárcel por el delito de feminicidio, pero el 25 de marzo, la vocal Martha Montaño, de la Sala Plena Primera determinó dejar en libertad al sujeto con una fianza de 100 mil bolivianos.

Un Tribunal Constitucional ordenó una nueva audiencia para revocar esa decisión de libertad, la misma se realizó este viernes a las 08:30 horas. En la audiencia, Montaño revocó la libertad del feminicida, pero Alejandro O. A., no se presentó a la audiencia y la Policía no pudo hallarlo en su domicilio.

El abogado de la familia de María C.R., David Flores, confirmó que se desconoce el paradero del sentenciado por feminicidio y que se dio a la fuga junto a sus familiares.

“Son cinco años sin justicia para mi hija, ahora se ha fugado ese asesino. Me voy a quedar aquí hasta que haya justicia”, señaló Pilar Reyes al diario Página Siete.

Asimismo, indicó que tiene temor de que Alejandro O. A., cumpla con la amenaza de matarla y pide ayuda para proteger a sus hijos.

El hecho ocurrió el 13 de marzo de 2016, cuando la adolescente, de 16 años, fue a la Feria de la Ambrosia en la comunidad de Ana Rancho junto a Alejandro en ese entonces era su enamorado. En el lugar compartieron bebidas alcohólicas con sus amigos.

Alejandro, integrante de la pandilla Wander Rap, le dijo a María que para ser parte del grupo debía participar de un rito de iniciación, pero sin explicarle en qué consistía el mismo.

En tanto, la llevaron a un lote baldío y le comunicaron que debía mantener relaciones íntimas con diez integrantes de la pandilla. La adolescente se negó, pero ellos la sujetaron, golpearon, violaron y un sujeto la asfixió mientras evitaba que grite. Al menos 21 jóvenes fueron testigos del crimen.

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