La Confederación General de Trabajadores Fabriles de Bolivia propuso este jueves mediante un documento, la reducción de impuestos que se trasladan a los precios del Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto a la Transferencia (IT), Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) y otros para mejorar la producción nacional. La reducción tiene un alcance general, es decir, para todo el sector manufacturero del país.
Los fabriles prepararon un documento hecho público este jueves que contiene varias propuestas para la reactivación productiva con el fin del crecimiento de la economía boliviana y por una oportunidad de empleo, con ingresos dignos.
Como base principal proponen un conjunto de medidas que contribuyan a recuperar la industria nacional, con acciones de aplicación inmediata a través de tres niveles.
Como primer nivel, indican que la industria manufacturera boliviana, debe incluir desde las microempresas, hasta las empresas de mayor tamaño en empleo, valor bruto de la producción, y en ingresos operativos.
Mencionan que las empresas en rubros prioritarios por sus aportes simultáneos al valor agregado, la generación de empleo, el valor bruto de su producción, el consumo intermedio de origen nacional, la distribución del ingreso (participación de las remuneraciones en la distribución del valor agregado), y la cantidad de empresas en el mercado (evitar monopolios).
Las empresas que se incorporen voluntariamente a la categoría de “empresas privadas con compromiso social”, las que estarían protegidas por normas específicas que les garanticen condiciones de plena estabilidad normativa a largo plazo, a cambio de transparencia contable en la gestión, y de equidad en la distribución del ingreso.
Entre otras propuestas para la reactivación de la industria manufacturera los trabajadores plantean un ajuste al Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas (IUE) con alícuotas vinculadas al empleo, consumos intermedios de origen interno externo, y a la participación de remuneraciones en el valor agregado.
El desempleo ha conducido a la pobreza, a la exclusión social y esta perspectiva constituye una creciente amenaza a la forma de vida, a la familia y a las esperanzas en el futuro, señala una parte del documento.
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