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Antisocial es sorprendido por periodistas cuando intentaba robar ofrendas en el Santuario de la Virgen del Socavón

A la derecha (de negro) el presunto autor de la tentativa de robo.

No era la encarnación del Chiru-Chiru y menos del Nina-Nina, aquellos personajes míticos de las leyendas orureñas que dieron origen el culto a la Virgen del Socavón y posteriormente al Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Por el contrario, era un ladronzuelo de otra estirpe, quien intentaba robar en la casa de la misma Virgen María.

El antisocial desconocido aprovechó que el Santuario estaba abierto, y mientras se escuchaba la misa de fondo, intentaba llevarse las ofrendas que los fieles dejaron en aquel sitio, quien sabe desde cuánto tiempo. Utilizó una de sus uñas como una especie de destornillador y con sumo cuidado, ayudado por su dedos logró sacar tres de los cuatro tornillos que sujetaban una especie de placa metálica que al medio tenía una ranura para el depósito de las ofrendas (dinero).

Cuando intentaba hacer de las suyas ante la ausencia de feligreses por la cuarentena a consecuencia del coronavirus, fue sorprendido por dos periodistas de LA PATRIA que como caídos del cielo, ingresaron al Santuario y sorprendieron en plena labor al ladronzuelo, quien en medio de disimulos se alejó del lugar de las ofrendas para ponerse a rezar, sin panorama visible hacia la imagen de la Virgen del Socavón, ya que un gran pilar le tapaba la visión.

Mientras tanto uno de los periodistas, fue a llamar a uno de los encargados del lugar para que retenga al sujeto y explique su accionar. Esa persona grababa la misa que ofrecía uno de los padres del Santuario, al recibir la noticia, dejó al periodista grabando la Eucaristía que en ese momento era observada en directo por Facebook por 40 feligreses desde sus hogares.

El encargado logró dar con el sujeto a quien le pidió explicaciones de lo sucedido, el individuo mostró cara de arrepentimiento y textualmente dijo: “Nunca más lo hago”. Devolvió los tres tornillos que estaban en su poder, posteriormente fue escoltado hasta la misma puerta del Santuario y el joven antisocial se fue del lugar como si nada hubiese pasado.


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