El exmandatario brasileño, condenado a más de 27 años, visitó un hospital en Brasilia con fuerte custodia policial tras su primera salida desde la condena por golpismo.
El exmandatario brasileño, condenado a más de 27 años, visitó un hospital en Brasilia con fuerte custodia policial tras su primera salida desde la condena por golpismo.